Pekín, China. Con millones de mascarillas, créditos con intereses bajos y equipos de expertos médicos, China pretende dar una imagen de buen samaritano mientras trata de desviar las críticas por sus pasos en falso iniciales en la gestión del coronavirus.
Pekín ha llegado a los países europeos con ayuda como parte de una ofensiva diplomática de seducción.
En las últimas semanas, ha donado centenares de miles de mascarillas quirúrgicas y equipos de pruebas a Filipinas y Pakistán, enviado equipos médicos a Irán e Irak, y ha ofrecido un crédito de 500 millones de dólares a Sri Lanka para ayudar a combatir el virus.
Pekín asegura que ha logrado neutralizar la propagación de la pandemia de COVID-19 que surgió en la ciudad china de Wuhan en diciembre. El jueves no registró ningún nuevo contagio interno, y este viernes volvió a a dar esa noticia esperanzadora.
La diplomacia de la mascarilla emprendida por China coincide con la guerra comercial y dialéctica que enfrenta a Pekín con Washington, agravada por la expulsión masiva de los corresponsales de diarios estadounidenses y las críticas del presidente estadounidense, Donald Trump, que no deja de referirse al coronavirus como el «virus chino».
Trump ha arremetido contra la falta de transparencia de China por el coronavirus que ya ha infectado a más de 246.000 personas en cerca de 150 países, y sostiene que el «mundo está pagando un precio muy alto» por ello.
El canciller chino le respondió el viernes que Estados Unidos está tratando de «desviar la culpa» de la pandemia.
Con un Estados Unidos que lucha contra el virus en casa, los analistas sostienen que China se está posicionando como un líder global alternativo.
«China tiene una oportunidad única para ocupar el vacío ahora que el gobierno estadounidense bajo Trump no puede dar una respuesta internacional significativa y que la UE ocupada con las respuestas nacionales», dice Marine Rudyak, experta en ayuda exterior china de la Universidad alemana de Heidelberg.
Con esto, China también trata de reescribir el relato de la COVID-19, desviando las críticas a su gestión inicial del brote y erigiéndose en salvador de «otros países que atrasaron su respuesta o estaban menos preparados que China», dice Rudyak.
El presidente Xi Jinping llamó a los presidentes del gobierno de Italia y España ofreciéndoles ayuda, según según la agencia de noticias Xinhua.
– UE ‘agradecida’ –
China ha enviado dos equipos médicos a Italia en un cacareado acto de solidaridad con el primer socio comunitario en el colosal proyecto de infraestructuras pergeñado por Xi y denominado «Iniciativa del cinturón y nueva Ruta de la Seda».
Italia es el segundo país más afectado por el coronavirus con más de 35.000 casos fuera de China, pero el primero en fallecidos con casi 3.500.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo esta semana en Twitter que China enviará dos millones de mascarillas a Europa «inmediatamente» y manifestó su agradecimietno al primer ministro chino, Li Keqiang.
Aseguró que la UE había ayudado a China en enero con la donación de equipos y tuiteó: «Hoy estamos agradecidos por el apoyo chino».
Pekín también ha enviado equipos médicos a Serbia esta semana tras un pedido de ayuda.
«Se está viendo que sin ustedes Europa apenas puede defenderse por si sola», dijo el presidente serbio, Aleksandar Vucic, al embajador chino cuando los equipos de pruebas llegaron.
La UE – a la que no pertenece Serbia- anunció la prohibición de exportar equipos médicos el domingo, lo que Vuvic criticó.
Pekín ha desafiado en los últimos años la influencia de Bruselas en los Balcanes con ayuda de enormes créditos para infraestructura en estos países escasos de dinero.
China también ha apoyado y ayudado a muchos países africanos.
La ayuda también llega de manera privada desde el gigante asiático. Los dos millones de mascarillas que donó Jack Ma, el hombre más rico de China, ya han llegado a Bélgica, España e Italia.
Otro millón de mascarillas para Francia salieron de China el miércoles.
Un comentario en primera página del diario estatal People’s Daily dejaba claro recientemente el papel de China como «un gran país responsable» que quiere cooperar con otras naciones.
Para algunos países europeos, la estrategia china parece funcionar.
«En Europa se están produciendo relatos que compiten entre sí. La mayor parte de la gente considera a China responsable de esta crisis mundial», dice Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la UE en China.
«Pero la generosa ayuda de China posiblemente haga que la opinión pública de Europa sea más favorable a China».