La ciudad china que fue el foco esencial del nuevo coronavirus, Wuhan, empezó a reabrir paulatinamente algunos de sus servicios y transportes públicos el sábado, tras más de dos meses de aislamiento casi total.
Los 11 millones de habitantes de Wuhan fueron sometidos a un confinamiento muy estricto a mediados de enero. Los vecinos fueron obligados a quedarse en casa, el ejército impuso controles a la salida y la urbe sufrió un cambio de vida radical.
A partir de este sábado los trenes pueden entrar en la estación de la ciudad. Los visitantes pueden llegar, pero no salir, hasta el 8 de abril, en principio.
Wuhan es la capital de la provincia de Hubei, donde la mayoría de ciudades ya vieron suavizadas sus draconianas condiciones de vida.
Las estaciones de tren y los aeropuertos de la provincia ya empezaron a funcionar gradualmente a principios de semana.
Más de 50.000 habitantes de Wuhan resultaron infectados por el COVID-19, que aparentemente surgió en un mercado de la ciudad donde se vendían animales salvajes para consumo humano.
Según los datos oficiales, la provincia ha registrado menos de 20 casos en la última semana.
El metro de Wuhan volverá a operar este sábado, y algunos centros comerciales abrirán sus puertas la semana que viene.
Los bancos ya reabrieron sus puertas, y los autobuses vuelven a circular, aunque la recomendación oficial es que los residentes eviten trayectos innecesarios.