El presidente de Estados Unidos anunció el sábado que finalmente renunció a aplicar la cuarentena en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, después de que antes había planteado esa posibilidad en la lucha contra el coronavirus.
«Una cuarentena no será necesaria», dijo Donald Trump en Twitter unas ocho horas después que propusiera para la golpeada zona metropolitana de Nueva York alertar a los residentes para que no salieran del estado.
Sin embargo, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), una autoridad nacional de salud, aconsejó la noche del sábado a los residentes de la región que no viajaran excepto para fines esenciales.
Un cerco de ese tipo habría sido la medida más dura que hubira tomado el gobierno de Estados Unidos para frenar la propagación de la enfermedad.
Más temprano, había planteado la posibilidad de colocar al estado de Nueva York en cuarentena, mientras se mantenía evasivo sobre el alcance exacto de esa disposición.
Estados Unidos, que ha sido duramente golpeado por el COVID-19, registra actualmente más de 120.000 casos confirmados y más de 2.100 muertes.
«A algunas personas les gustaría que Nueva York sea puesta en cuarentena porque es un punto caliente», había dicho Trump al salir de la Casa Blanca.
El estado de Nueva York es, con mucho, el más afectado por el coronavirus en Estados Unidos, con más de 53.000 casos y 672 muertes.
«Nueva York, Nueva Jersey, tal vez uno o dos lugares más, algunas partes de Connecticut, estoy pensando en eso», señaló el jefe de Estado.
Numerosos juristas cuestionaron la posibilidad incluso para el presidente estadounidense de imponer una medida.
– «Por poco tiempo» –
Un poco más tarde, el magnate republicano aseguró que la medida «no tendría impacto» en el comercio entre los estados involucrados y el resto del país.
«Sería por un corto tiempo», dijo, y manifestó que tuvo un muy buen diálogo con el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo.
Pero los anuncios del presidente habían despertado una gran emoción en la región de Nueva York, cuyos líderes políticos fueron tomados por sorpresa.
Cuando CNN le preguntó sobre la posibilidad de que Washington decidiera un cierre de las fronteras estatales, el gobernador Cuomo advirtió que sería una decisión «ilegal», similar a «una declaración de guerra contra los estados» de la Unión.
«Creo que paralizaría la economía», dijo. «Sorprendería a los mercados a una escala sin precedentes. Como gobernador, no cerraré mis fronteras».
Andrew Cuomo recordó que los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut ya habían detenido todas las actividades no esenciales y pidieron a sus habitantes que se quedaran en casa.
«Cuando a alguien le falta claridad, puede causar confusión, lo que puede llevar al pánico», comentó el sábado por su lado el gobernador de Connecticut, Ned Lamont, y manifestó que había pedido aclaraciones a la Casa Blanca.
«Nueva York, Nueva Jersey y el sur de Connecticut son la capital mundial del comercio y las finanzas», afirmó.
«Y si al presidente le importa tanto ver que la economía se recupere debe tener mucho cuidado con lo que dice y con lo que no dice».
En una señal de las tensiones existentes, la policía local de Rhode Island y los soldados de la Guardia Nacional fueron de puerta en puerta el sábado para advertir a los propietarios de vehículos registrados en Nueva York que deberían confinarse por dos semanas tras su arribo a este estado costero al norte de Connecticut.
El autoconfinamiento de los viajeros procedentes del estado de Nueva York es ahora una obligación legal y puede estar sujeto a una multa por incumplimiento.
«Es una política reaccionaria», comentó Andrew Cuomo. «Y no creo que sea legal».
El gobernador amenazó con demandar a Rhode Island si no revoca su decisión.
En Florida, el gobernador Ron De Santis anunció medidas similares a las tomadas en Rhode Island y se instalaron puestos de control policiales en la entrada del estado, al norte.
También aquí la medida apunta, por el momento, a recordar a los neoyorquinos que ingresan a Florida que deben confinarse por 14 días, bajo pena ser multados.