España prohibió este lunes las ceremonias fúnebres y limitó a tres los asistentes permitidos en los entierros con tal de frenar la propagación del nuevo coronavirus en el segundo país con más víctimas de mundo por la pandemia.
«Se pospondrá la celebración de cultos religiosos o ceremonias civiles fúnebres hasta la finalización del estado de alarma» que permitió al gobierno decretar el confinamiento de su población hasta al menos el 11 de abril, indicó un decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Los velatorios también quedan prohibidos y se permitirán los entierros o incineraciones con un máximo de tres asistentes que «deberán respetar entre ellos la distancia de uno a dos metros», precisa el texto.
El país es el segundo del mundo con más víctimas mortales después de Italia. En el último balance divulgado el lunes, el COVID-19 se había cobrado la vida de 7.340 personas.
España sigue los pasos de Italia, otro país con fuerte tradición católica, donde las víctimas de la pandemia no gozan de un verdadero funeral, prohibidos como el resto de reuniones.
Con uno de los confinamientos más estrictos de Europa en vigor, el gobierno español lo reforzó más este lunes paralizando todas las actividades económicas «no esenciales», como ya había decretado Roma hace una semana.