El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo este viernes que el balance real de casos de coronavirus en China es «mucho mayor» a lo informado, incluso después de que la ciudad de Wuhan, donde se originó la pandemia, revisara al alza su cifra de muertos.
Las críticas internacionales crecen contra China sobre su manejo del nuevo coronavirus, que ha matado a más de 150.000 personas en el mundo y azotado la economía global desde que apareció en Wuhan el año pasado.
Más de la mitad de la humanidad está confinada en sus hogares mientras los gobiernos intentan contener la mortífera expansión del virus.
Los líderes mundiales están tratando de descifrar cuándo -y cómo- relajan las medidas de confinamiento para reavivar la golpeada economía.
Trump está ansioso por reabrir los negocios, mientras otros países europeos también muy golpeados por el virus avanzan lentamente hacia la normalidad, con las primeras reaperturas de algunas tiendas y escuelas.
– China niega acusaciones –
Trump anunció esta semana una «reapertura» por fases de Estados Unidos, pero el viernes volvió sobre el tema del balance de muertos en China, luego de que la ciudad de Wuhan añadiera a su saldo 1.290 fallecimientos por coronavirus.
Con estas nuevas cifras, el saldo total de muertos -debido a «retrasos» y «omisiones» en los registros- sería de 4.632 en este país de casi 1.400 millones de habitantes. Aunque los datos revisados corresponden solo a Wuhan.
«China acaba de anunciar una duplicación en el número de sus muertes por el Enemigo Invisible. ¡Es mucho mayor que eso y mucho mayor que el de Estados Unidos, no está siquiera cerca!», tuiteó el mandatario estadounidense.
Estados Unidos es actualmente el país con más muertes reportadas por el virus, con unas 33.000.
Líderes en Francia y Reino Unido también han criticado el manejo chino de la crisis y el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que sería «ingenuo» pensar que Pekín ha manejado bien la pandemia.
Hasta ahora se cree que el coronavirus apareció en un mercado abierto de Wuhan donde se vendían vivos ciertos animales de especies raras. El nuevo coronavirus sería de origen animal, parecido a un patógeno presente en los murciélagos, y habría pasado al hombre y mutado.
Pero la prensa estadounidense abrió una nueva hipótesis. Según The Washington Post, la embajada de Estados Unidos en Pekín alertó hace dos años sobre las escasas medidas de seguridad de un laboratorio que estudiaba los coronavirus de los murciélagos.
Pekín, bajo críticas internas y externas por supuestamente haber menospreciado la situación y favorecido la dispersión del virus, respondió este viernes a los señalamientos en su contra.
«Nunca hemos ocultado nada y nunca autorizaremos ninguna ocultación», aseguró un portavoz del ministerio chino de relaciones exteriores, Zhao Lijian.
– El golpe económico –
Desde diciembre, el nuevo coronavirus ha infectado a más de 2,2 millones de personas en el mundo y dejado en desempleo parcial a decenas de millones de trabajadores, de ellos 22 millones en Estados Unidos.
Este viernes, China anunció que su PIB retrocedió un 6,8% en ritmo anual en el primer trimestre del año. El gigante asiático no ha experimentado una contracción de su PIB anual desde 1976.
En Estados Unidos, la economía sufrirá un proceso similar. Para evitarlo, Trump estimó el jueves que los estados menos afectados pueden retomar sus actividades económicas incluso antes de la fecha mencionada del 1 de mayo.
Su anuncio provocó una euforia en los mercados bursátiles asiáticos y europeos este viernes.
En Japón cada residente recibirá 850 euros (930 dólares) como medida para contener el descalabro de la tercera mayor economía mundial, anunció el viernes el primer ministro Shinzo Abe.
Europa, donde el mercado automovilísitco se desplomó un 55,1% en marzo, se debate entre las exigencias sanitarias y la necesidad de minimizar su coste financiero.
Países como España e Italia empiezan a levantar restricciones de movimiento, y deciden qué medidas de seguridad aplicar para evitar un rebrote mortal.
Por su parte, Alemania, primera economía europea, aseguró el viernes que la epidemia está «bajo control y es manejable».
Según datos oficiales, el ratio de infección persona a persona cayó al 0,7%, lo que abre las puertas a relajar el confinamiento.
El país abrirá el lunes los comercios de menos de 800 metros cuadrados y algunas escuelas comenzarán el 4 de mayo.
El desconfinamiento también está en camino en Dinamarca, que reabrió sus escuelas el miércoles; en Austria, que quiere abrir algunas tiendas no esenciales; o en Suiza, que anunció una salida «lenta» y «progresiva» a partir del 27 de abril.
Un movimiento que la Organización Mundial de la Salud «observa con prudencia».
Los expertos advierten que el margen es muy estrecho.
«No pasaremos del negro al blanco, sino del negro al gris oscuro», explicó el doctor francés Jean-François Delfraissy, principal asesor del gobierno.
Tras haber controlado inicialmente la epidemia, Singapur registra ahora una segunda ola de infecciones, obligando esta vez al gobierno a tomar medidas más severas, como el cierre de la mayoría de lugares de trabajo.
«Probablemente, durante un largo periodo, haya que liberar un poco, volver a limitar, liberar, limitar», prevé Delfraissy.
Para el fin paulatino del confinamiento será esencial las pruebas masivas de diagnóstico.
Pero además de China, otros países como España aún deben poner a punto su sistema de conteo: Madrid corrigió su cifra de fallecidos por discrepancias regionales, y la situó este viernes en casi 19.500.
El viernes Reino Unido registró 847 nuevas muertes, con 14.576 en total y 108.692 contagiados. El gobierno prolongó el jueves el confinamiento «por al menos tres semanas».
En Rusia se registraron el viernes 32.008 casos y el presidente Vladimir Putin advirtió que el país corre «riesgos muy elevados». Su gobierno decidió autorizar el tratamiento con hidroxicloroquina, cuya eficacia es objeto de debate mundial.
– Década perdida en América Latina –
En América Latina, la pandemia ha provocado más de 4.000 muertos y 85.000 contagios.
La situación es especialmente grave en Brasil, donde se registran 2.141 muertes y más de 33.000 infectados, aunque el número real de contagios podría ser 15 veces mayor, según investigadores.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, destituyó el jueves a su popular ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, defensor de las medidas de aislamiento social.
En Ecuador, otro de los más afectados de la región, con 8.450 infectados y más de 400 fallecidos, el presidente Lenín Moreno reconoció que su país no estuvo preparado para esta emergencia.
Los augurios sobre el impacto del coronavirus en la economía de Latinoamérica no son nada optimistas. La pandemia puede provocar otra «década perdida», entre 2015-2025, advirtió el jueves Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En Africa, en tanto, la pandemia dejaba más de 1.000 muertos, las tres cuartas partes de ellas en Argelia, Egipto, Marruecos y Sudáfrica, según un balance de la AFP.
Y este viernes el presidente del Banco Mundial, David Malpass, advirtió que la pandemia podría borrar los progresos logrados en los últimos años por países pobres, muchos de ellos en América Latina, África y Asia.