América Latina alcanzó los 100.952 contagios de COVID-19, mientras el número de muertos se ubicó en 4.924, según un balance de la AFP elaborado con datos oficiales.
Brasil, con 210 millones de habitantes, es el que registra más casos, con 38.654 contagios y 2.462 muertos, aunque los especialistas calculan un número de casos mucho mayor debido a los escasos tests que se realizan.
Pese a la amenaza sanitaria, en Brasilia, el presidente Jair Bolsonaro arengó a manifestantes que rompieron la cuarentena impuesta para frenar la epidemia y se concentraron ante el Cuartel General del Ejército para pedir una intervención militar y el cierre del Congreso.
«Cuenten con su presidente para hacer todo lo que sea necesario para que podamos mantener la democracia y garantizar aquello que es más sagrado para nosotros que es nuestra libertad», dijo Bolsonaro.
El mandatario ultraderechista critica constantemente a los líderes parlamentarios, gobernadores y alcaldes que defienden las medidas de cuarentena y distanciamiento social para contener la propagación del virus. El jueves destituyó incluso a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, que defendía el distanciamiento social cuestionado por Bolsonaro debido a su impacto en la economía.
Los demás países con mayor número de contagios de COVID-19 en la región son: Perú (32 millones de habitantes), con 15.628 casos y 400 fallecidos; Chile (18,7 millones de habitantes), con 10.088 contagios y 133 muertos; Ecuador (17 millones) con 9.468 infectados y 474 decesos y México (126 millones), con 7.497 casos y 650 muertos.
En Cuba, un país de unos 11,4 millones de habitantes, al menos 57 personas, entre ellas 43 adultos mayores, contrajeron la COVID-19 en una residencia de ancianos de Santa Clara, a 270 km al este de La Habana, informaron este domingo las autoridades sanitarias. Uno de los enfermos falleció por el brote.
La isla ha registrado hasta el momento 1.035 casos y 34 fallecidos.
– Escasez de pruebas de detección –
La disponibilidad masiva de test de coronavirus, un factor clave para el ablandamiento de las restricciones de movimiento, dista de ser una realidad patente en la región.
En Bolivia, el gobierno admitió que 40 días después de la llegada de la epidemia al país se realizaron apenas 3.900 tests. Hasta el momento, se contabilizan 520 contagios y 32 decesos en este país de 11,3 millones de habitantes.
Además del temor a que siga aumentando el número casos y de fallecidos en América Latina, preocupa el fuerte impacto económico de las medidas de confinamiento impuestas en gran parte del mundo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que Latinoamérica sufrirá una contracción del 5,2% de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2020, una situación agravada por el escaso crecimiento de los años anteriores, las protestas de 2019 en varios países y la caída de los precios del petróleo.
El FMI advirtió además el jueves de la posibilidad de otra «década perdida» para Latinoamérica, con una crisis que hace tambalearse el tipo de cambio, el precio de las materias primas y el turismo, y golpea del lado de la oferta y de la demanda por las restricciones y el confinamiento.
Ante la gravedad de la situación económica mundial, el Banco Mundial comprometió 160.000 millones de dólares en los próximos 15 meses para financiar proyectos en países con dificultades, entre ellos Ecuador.
Otros, como Nicaragua y Honduras, se beneficiarán de la decisión del G20 de suspender la deuda de más de 70 países pobres por un año para contribuir a liberar fondos contra la pandemia.
Las muertes de COVID-19 declaradas en el mundo por esta pandemia surgida en China a finales de 2019 ascienden a unos 165.000 entre los 2,3 millones de casos registrados globalmente.
Fuente: AFP