10 cosas que hay que saber de Kim Yo-jong

Kim Jong-un no ha muerto esta semana pero sus hábitos diarios no descartan un paseo con Caronte en cualquier momento. Y en el debate sucesorio ha irrumpido Kim Yo-jong, un tsunami en el esclerotizado y patriarcal panorama político norcoreano. Aquí sudaremos para juntar 10 rasgos de quien se desconoce incluso la edad.

Nació en Pionyang

Hasta ahí vamos bien. Fue en 1987, según la inteligencia surcoreana. Fue en 1989, según la nota del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que prohibió su entrada por “serios abusos sobre derechos humanos”. Apostaremos por Seúl; el descrédito de su servicio de espionaje es ligeramente menor que el de Washington.

La pequeña de la familia

Es la más joven de los siete hijos de Kim Jong-il y comparte madre con el dictador. Fue su tercera y favorita esposa, Ko Yong Hi, una bailarina nacida en Japón y que integró la prestigiosa Mansudae Art Troupe.

La «princesa» del dictador

Su padre se refería a ella como la “dulce Yo-jong” o la “princesa” y nunca ocultó que era su preferida. Glosaba su inteligencia ante los dignatarios internacionales mientras calificaba de “tarugos holgazanes” a sus hijos, según las memorias del oficial ruso Konstantin Pulikovski.

Estudios en Suiza

Acudió junto a su hermano a la elitista escuela Liebefeld-Steinholzli de Berna con la preceptiva identidad falsa y el séquito de guardaespaldas. Mientras Kim Jong-un jugaba al baloncesto, ella practicaba ballet. Ahí sellaron la certeza de un destino común, señalan los expertos.

Salto al politburó

En el 2000 regresó a Pionyang y se licenció en la Universidad de Kim Il Sung en Ingeniería, según unos, o Informática, según otros. Después entró en la poderosa Comisión de Defensa Nacional, sirvió en el funcionariado personal de su padre hasta su muerte y fue aupada al Politburó.

Asesoría y propaganda

Es la asesora áulica de su hermano y gestiona todo lo relacionado con sus apariciones públicas: itinerario, calendario, logística y seguridad. Desde el Departamento de Propaganda ha lavado la cara al mohoso culto a la personalidad con técnicas occidentales que favorecen su imagen de cercanía. Ella estaría detrás de sus visitas a los parques de atracciones para jóvenes o de las fotografías con campesinos o trabajadores de fábricas. Sus antecesores guardaron las distancias para proteger su aura semidivina.

Debut internacional

Fue la primera Kim en cruzar el paralelo 38 tras el armisticio de 1953. Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Invierno del 2018 celebrados en Pyeongchang. Su debut internacional, en representación de su hermano, la colocó por primera vez bajo los focos. No le costó robárselos en la grada a Moon Jae-in, líder surcoreano, ni a Michael Pence, vicepresidente estadounidense. De ahí salió con el previsible apodo de la Ivanka Trump norcoreana.

Sobriedad

También ahí selló su estilo: sobria, sin maquillaje y una lacia melena alejada de las excentricidades capilares de su hermano y padre. Kim Yo-jong es la antítesis de Ri Sol-ju, esposa del líder y lo más parecido que se despacha en Corea del Norte a una ‘influencer’. Su marido levantó años atrás la prohibición de minifaldas y tacones y por esa vía ha renovado Ri la moda nacional. La pujante y mimada clase alta de Pyongyang escruta su vestuario en busca de inspiración.

Opacidad familiar

Está casada con alguien relacionado con Choe Ryong Hae, alto cargo del partido. Algunos señalan que es su hijo y otros se decantan por su sobrino. Es probable que en el 2015 tuviera su primer hijo y el gremio de norcoreólogos dedujo de su ligerísima tripa en los JJOO que acababa de dar a luz o estaba en cinta. Nunca ha sido visto con su familia.

Sucesión

Una lideresa en Corea del Norte era algo utópico meses atrás pero al linaje no le sobran alternativas. Kim Pyong-il, un medio hermano, ha pasado tres décadas en Europa. Kim Jong Nam fue asesinado con un agente nervioso en un aeropuerto malasio. Y Kim Jong Chol ya fue descartado por su padre por «afeminado» e incapaz de bregar con los enemigos que acumula el país. Por las venas de Kim Yo-jong, al fin y al cabo, corre la sagrada sangre del Monte Paektu.

Visto en el Periódico