Las famosas pastillas azules, comercializadas desde 1998, fueron (y son) un rayo de esperanza; sin embargo, sus posibles efectos secundarios, su elevado precio y, por qué no decirlo, el bochorno que supone para algunos ir a comprarlas, hacen que en ocasiones se busque la solución lejos de la farmacología. Y aquí vienen las buenas noticias: sí, hay remedios naturales para olvidarse de la flacidez persistente. Estas son las recomendaciones de los expertos.
Consuma (mucho) aceite de oliva
Incremente el consumo de “oro líquido”, frutas, verduras, pasta… y todo lo que engloba la aplaudida dieta mediterránea. Es buena para el corazón y, precisamente, los trastornos cardiovasculares están detrás de muchos episodios de DE, en los que la impotencia no es la enfermedad sino el síntoma. “El 80% de los casos de disfunción eréctil están causados por problemas vasculares”, afirmó el doctor griego Athanasios Angelis en un congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, celebrado en diciembre de 2014 en Austria. Manteniendo a raya la tensión arterial y el colesterol logrará mejorar su actividad sexual. “La testosterona en la grasa se va a convertir en hormonas femeninas, y el colesterol disminuye el flujo de sangre que llega al pene”, avisa el doctor Natalio Cruz, coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU).
Apague el cigarrillo
Los hombres que fuman tienen más riesgo de verse afectados por la DE, y cuantos más cigarrillos humean, mayor es el riesgo. Eso sostiene un estudio de 2007 de la Universidad de Tulane (Luisiana, EE. UU.). El análisis, basado en un examen realizado a más de 7.000 varones en China entre 2000 y 2001, añadía que un 22,7% de los casos de disfunción en aquel país eran atribuibles al consumo de tabaco.
Muévase (pero no en bici)
Si padece problemas de erección, no se quede tirado en el sofá. El deporte mejorará su circulación sanguínea y, por tanto, su rendimiento. “Con ejercicio vamos a conseguir que nuestro árbol vascular esté preparado para llevar sangre a todos los órganos, incluido el pene”, explica el doctor Cruz. Cualquier disciplina es buena, excepto el ciclismo. “Los sillines traumatizan el periné, y se dañan las arterias que llevan sangre al pene. Incluso crean esa sensación de adormecimiento en el glande que tienen algunos ciclistas”, subraya.
Dé una oportunidad al herbolario
La arginina es un aminoácido que aumenta el flujo de sangre necesario para el acto sexual. Eso afirma la escritora de temas médicos Victoria Dolby Toews en su libro Potencia sexual (Ed. Nowtilus). La arginina se encuentra en alimentos ricos en proteínas como la soja, el arroz integral, el pollo, las nueces y los lácteos; y, por supuesto, en un montón de frasquitos de herbolario. Esta especialista recomienda tomar de dos a cinco gramos de arginina por las noches o una hora antes del acto sexual. La misma autora afirma que algunas plantas tienen poderes afrodisiacos: acrecientan el deseo y la potencia. Y cita más de media docena, entre las que destacan el yohimbe, el ginkgo y, por supuesto, el ginseng; extractos que activan el flujo sanguíneo en general (algunas no están recomendadas para hipertensos). «El ginseng», sostiene Victoria Dolby Toews en su libro, «impulsa la producción de hormonas relacionadas con el sexo, como la testosterona».
Relájese: medite
El estrés es responsable de muchos trastornos de salud, también de la DE. Y no solo eso: la impotencia puede generar estrés a quien la padece, así que es un círculo vicioso. “El estrés supone una descarga de adrenalina y esta cierra las arterias que llegan al pene; en un estado de estrés nadie puede tener una erección”, sentencia el doctor Natalio Cruz. Intente alejarse de la ansiedad: relájese, practique regularmente ejercicios de respiración, trate de desconectar del trabajo y relativice los problemas. Comprobará cómo se le levanta el ánimo.
Haga mucho el amor
Está claro que esta es una medida preventiva: si no puede hacerlo, ¿cómo demonios repetirá? Sin embargo, científicos del Hospital Universitario de Tampere (Finlandia) demostraron en 2008 que los hombres que tienen relaciones más frecuentemente son menos propensos a padecer este problema. En otras palabras, que a más sexo, menos disfunción eréctil. Entrando en detalle, descubrieron que el problema tenía una incidencia del 7,9 % en hombres que tenían sexo menos de una vez por semana, del 3,2 % en quienes lo hacían una vez por semana y un 1,6 % entre aquellos atletas sexuales que lo practicaban tres o más veces cada siete días.
En definitiva, se trata de cuidar su estilo de vida, como el año pasado alumbró un estudio de la Universidad de Adelaida (Australia), que con este sorprendente titular llamó poderosamente la atención: “La disfunción eréctil puede curarse sin medicación”. «¿Cómo?», se preguntaron millones de desesperados hombres en todo el mundo. Lo que proponían los expertos no era tan difícil de cumplir (o sí, según se mire): mejorar nuestro peso y cuidar la nutrición, hacer más deporte, beber menos alcohol, dormir mejor por las noches e identificar factores de riesgo como la diabetes, la hipertensión o el colesterol. Un 29% de los hombres analizados lograron, con hábitos más saludables, superar la impotencia.
Visto en: El País