El mortífero avispón asiático gigante fue visto por primera vez en Estados Unidos, generando alarma sobre la ya vulnerable población de abejas y mucho ruido en los últimos días en redes sociales en medio del confinamiento por la pandemia del coronavirus.
Dos especímenes del también llamado «avispón asesino», o Vespa mandarinia según su denominación científica, fueron encontrados en el estado de Washington (noroeste) a finales del año pasado, y desde entonces científicos se concentran en rastrear la presencia de más ejemplares para erradicarlos.
El insecto es natural de Asia Oriental y Japón y puede medir unos 5 cm, casi ocho si se toma en cuenta la envergadura de sus alas. Es corpulento, y con un poderoso veneno y una afilada mandíbula es capaz de invadir y «masacrar» una colmena de abejas en cuestión de horas.
Karla Salp, portavoz del departamento de Agricultura de Washington, dijo que «como la mayoría de las especies invasivas, no hay forma de saber cómo el avispón asiático gigante llegó a Norteamérica».
«Hay varias teorías, pero todas son suposiciones y probablemente nunca sabremos», añadió. Una de ellas es que vinieron en un contenedor de carga por casualidad.
En toda la región se colocaron trampas para capturar cualquier otro avispón que pueda estar en la zona, para evitar que se propaguen en América del Norte y se establezcan permanentemente.
«En esta temporada de trampas y con la ayuda de la educación pública y el estímulo para informar de avistamientos sospechosos, esperamos tener una mejor idea de dónde están para erradicarlos», dijo Salp.
El único nido hallado hasta ahora en Norteamérica, fue destruido en Nanaimo, isla de Vancouver.
«Los extensos estudios realizados en el otoño (boreal) de 2019 no han mostrado ningún signo de presencia», indicó por su parte Paul van Westendorp, apicultor de Columbia Británica, Canadá.
– «Cancela tus planes» –
Chris Looney, entomólogo del departamento de Agricultura de Washington, ha explicado que cuando los avispones invaden una colmena, matan a las abejas literalmente arrancándoles la cabeza con sus tenazas.
Luego ocupan el nido por una semana o más, alimentándose de las pupas y larvas.
Ya en los últimos 15 años, las colonias han mermado por un fenómeno conocido como «problema de colapso», en el que abejas obreras de una colmena desaparecen abruptamente.
El riesgo que representan para los humanos es significativamente menor. Se estima que unas 50 personas mueren en Japón cada año por estos insectos.
«Generalmente no molestan a los personas», dijo Salp. «Solo te atacarán si se sienten amenazados. Así que mientras no pises un nido o te acerques a una colmena de abejas de la que se han apoderado, hay un riesgo bastante bajo de que te piquen».
El hallazgo suma otra preocupación en medio de la letal pandemia del coronavirus, que en Estados Unidos mató a más de 72.000 personas.
En redes sociales los «avispones asesinos» se han vuelto tendencia.
«Ahora tengo que preocuparme por un avispón asesinándome. El mundo se está acabando», escribió una usuaria en Twitter, @drizzydrea18.
«Cancela tus planes y objetivos de 2020», publicó @joserosado con una imagen de dos brazos musculosos en una pulseada: uno identificado como el coronavirus y el otro como el avispón.
«La respuesta en redes sociales ha sido interesante», indicó Salp. «Rara vez una especie invasora recibe tanta atención en los medios».
«Esperemos que el resultado final sea que la gente se familiarice más con las especies nativas y que pueda reportar a las autoridades si ven algo que les resulte sospechoso».