Dos mangueras estaban conectadas a la misma cantidad de camiones de bomberos, mientras que el impulso del agua trataba de sofocar las llamas que aún seguían quemando la basura calcinada que permanecía por más de una semana encendida en el vertedero Duquesa, el depósito de basura más grande del gran Santo Domingo.

Desde el martes 28 de abril, a las 3:00 de la tarde, decenas de unidades han socorrido a las de Santo Domingo Norte, para detener las llamas y la humareda que ha afectado al gran Santo Domingo y otras regiones del país.



Allí arriba estaba Darlin Méndez, un joven que desde pequeño tuvo dos sueños: ser bombero y bailarín profesional de danza folclórica, dos actividades que son disparejas pero a la vez tienen como fin servirle al pueblo, al menos así lo definió el joven que tras toda una mañana de tratar de sofocar el fuego se trasladaba junto a un grupo de otros compañeros a la entrada del Vertedero Duquesa, donde almuerzan.

“Realmente a los bomberos yo ingresé por vía de mi papá que me motivó para que ingrese a los bomberos, pero eso era lo que yo quería ser desde chiquito ser bailarín, y gracias a Dios somos profesor”, contó Méndez, quien desde el martes 28 de abril es parte de los bomberos que le han dado apoyo al cuerpo de Santo Domingo Norte.



Como bombero tiene cinco años sirviendo en una unidad de bomberos de El Carril de Haina. Pero recordó que a los nueve años entró a su primera casa de cultura y en la actualidad es encargado de la escuela de baile conocida como Ballet Folclórico Los Guayacanes, un proyecto que tiene cuatro años y con el que anhela viajar con sus 38 bailarines a presentaciones en Colombia y Costa Rica.

En la situación hipotética de que ocurra un incendio y tenga que asistir a una presentación de baile dijo que se contacta con sus compañeros para que lo sustituyan por el momento.

“Nosotros usamos el compañerismo, todos mis compañeros usamos el compañerismo si uno de ellos está libre y yo estoy en servicio me llaman para una presentación yo los solicito, ellos van y me cubren el turno”, añadió.

Los bomberos nunca terminan de trabajar, y aunque estén libres deben estar disponibles ante cualquier eventualidad. Lo que más le gusta de ser bombero es la vocación de servir y salvar la vida de personas o animales que están en riesgo.

“Hemos rescatado vidas de niños, hemos también salvado vidas en accidentes de tránsito y estamos a las órdenes del pueblo”, explicó.

Indica Carolina Pichardo en su reportaje para el Listin Diario que este consideró que trabajar contra el fuego que ha azotado al Vertedero ha sido terrible y arriesgado, pero esperan finalizar pronto.

“Esto ha sido terrible, ha habido muchos compañeros del cuartel como Santo Domingo Oeste, hoy (lunes) llegó Baní, hay muchas estaciones de bomberos dándole apoyo y tratando de ver qué podemos hacer en ese caso”, agregó.

Al lado de Darlin Méndez estaba Rainel de la Cruz, un joven de 19 años que divide su tiempo entre estudiar los domingos para finalizar su último año escolar y ser bombero.

De la Cruz, quien explicó que es nacido y criado en el Carril de Haina, dice que tiene un año y cuatro meses perteneciendo al grupo de bomberos.

Su motivo fue servir a su comunidad y al país. “Nosotros no tenemos ruta, para donde nos mande la central para allá vamos”, añadió.

Antes de que el camión llegara al área de comida, después de un recorrido de unos 15 minutos, De La Cruz conversó que cuando termine la secundaria sueña con ser ingeniero civil. “Por ahora estoy terminando el bachillerato, estoy en Cuarto… Me gustaría ser ingeniero civil, me ha motivado mucho ser ingeniero pero más me motivó ser bombero porque me gusta salvar vidas y propiedades es uno de los principales códigos de nosotros”.

Justo antes de bajar el camión dijo que una de las razones por las cuales eligió ser bombero fue para no estar “delincuentiando” en la calle.

“Mis hijos me dicen que me cuide, que es un orgullo salvar vidas”

Daniel Arias, segundo teniente del cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, hablaba con una sonrisa que se podía percibir en sus ojos ya que tenía cubierta toda la cara para protegerse del humo del vertedero. Ese mismo traje, conocido como “equipo de fuego”, no permite que la radiación lo queme.

Explicó que el uniforme que utiliza es un equipo de fuego que no hace que la radiación lo queme.

Arias tiene 19 años de servicio en los Bomberos, y consideró que nada ha sido difícil durante toda la jornada de sofoque del incendio del vertedero Duquesa. Al contrario, describió que arriba de la montaña de basura se siente relajado y emocionado. “Nada ha sido complicado en el incendio, ya estoy acostumbrado”.

Tiene dos hijos que viven junto a él en Baní. Ellos siempre le piden que se cuide en las situaciones de peligro.

“Me dicen que me cuide, que es un orgullo salvar vidas, yo me siento orgulloso de salvar vidas”, añadió Arias, quien tiene en promedio 13 diplomas de excelencia por su labor como bombero y por sus cursos técnicos sobre conato de incendios.

Veinte años de trayectoria

El acceso hacia el área donde apagaban el fuego era complicado, ante tal situación el subcomandante de operaciones del cuerpo de bomberos de Santo Domingo Este, Juan Manuel Payera, trasladó a  equipo de LISTÍN DIARIO hacia uno de los puntos del incendio.

“Nos informaron de la situación, y nosotros pasamos para acá en calidad de apoyo, tenemos ya varios días trabajando aquí, como ustedes pueden observar el vertedero es inmenso”, dijo Payera, quien acompañado junto a otro bombero verificaban cuáles unidades no habían acudido a almorzar. Ya eran cerca de las 2:00 de la tarde.

En un principio Payera se inició en las operaciones como bombero hace veinte años cuando esperaba tomar las pruebas nacionales.

“Cada quien tiene sus razones independientes, algunos les gusta, otros por situaciones económicas, otros como en mi caso yo vine a durar un año aquí (en los bomberos) en lo que me llegaban las pruebas nacionales, y de un año ya tengo veinte”, especificó.

Se motivó porque le gusta la adrenalina de salvar vidas y por tal razón accedió a la unidad de rescate del cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Este.

También forma parte de las unidades que fueron trasladadas para darle la mano a los equipos de Santo Domingo Norte durante el sofoque del fuego.

Aunque su propósito es salvar vidas, en ocasiones ha tenido que ver cosas desagradables.

“Uno ve muchas cosas desagradables, una de ellas es tener que ver unos cuerpos, especialmente en los accidentes que se ven deteriorados, y llega un momento donde uno poco a poco uno pierde la sensibilidad humana pero hay algo que uno no supera”, dijo.

Pero lo que más le afecta como persona es ver cuando un niño es afectado por un fuego o negligencia de sus padres. “Porque se supone que los padres son los que están para proteger a los niños y cuando uno ve que esos niños se queman, se caen de ventanas por descuido pues entonces la cosa cambia… Eso me mata”.

En un día normal el bombero tiene que presentarse a su estación por lo menos 30 minutos antes de las 8:00 de la mañana para que le dé tiempo a bañarse y a arreglar el uniforme en el caso de que lo tenga.

Luego se hace una formación en la que se pasa lista o asistencia, cuando confirma que llegaron se les indica que pasen una revisión al camión para verificar que los equipos, las herramientas y accesorios funcionen. También se chequea si hay combustible y aceite suficiente en el vehículo.

“Como dicen uno desde niño quiere ser bombero”

El 24 de abril de 1990, José Luis Frómeta Herasme, ingresó formalmente al cuerpo de bomberos del Distrito Nacional, institución que casi veinte años después tiene a su cargo.

Desde pequeño soñó con ser bombero, pero en su caso un vecino ingresó a la institución en el 1989, y le comentó meses después que si quería entrar también.

“Ese compañero era compañero de buceo mío, hacíamos el deporte de submarinismo e inmediatamente acudí, llené una solicitud y de una vez apliqué en unos entrenamientos para ser bombero”, explicó, mientras vigilaba uno de los puntos donde se produjo el fuego que desde el último martes de abril afecta al Vertedero Duquesa.

El área donde fue realizada la entrevista era una montaña de basura, pero después de dos días de trabajo para acceder a la zona pudieron iniciar con los trabajos de sofoque del incendio.

Pero este no es el primer incendio en el que ha trabajado en Duquesa. “Nos tocó varias responsabilidades de comandar este tipo de incendios aquí en Duquesa”.

“El acceso a los puntos específicos donde está la mayor concentración de calor, ha dado mucha dificultad debido a que no existían algunas carreteras que ahora se pueden ver, este tipo de carreteras han podido habilitar algunas carreteras para que los bomberos pudieran llevar los camiones a diferentes puntos”, señaló.

Siempre ha estado consciente del riesgo que conlleva ser bombero, pero también tiene claro que su vocación de servicio es más importante que todo.

“El bombero tiene lo que se llama la vocación de servicio y está consciente de que el riesgo está desde que suena la alarma en la estación de bomberos a la que usted pertenece y se sube al camión, inmediatamente usted comienza a correr, sabe que se va a subir al camión y no sabe si va a regresar de nuevo”, dijo.

Al momento de que se enteran que ocurre una emergencia de gran magnitud comienzan los teléfonos a sonar y la familia se pone en oración.

“Tengo que agradecer a Dios principalmente por tantos riesgos y situaciones que hemos enfrentado en este tiempo y gracias a Dios hemos salido ilesos de algunos accidentes que en algún momento han pasado y Dios siempre tiene el control”, añadió.

“Soy un comunitario de nacimiento”

El mayor Avelino Acevedo pertenece al cuerpo de bomberos de Pedro Brand. Tiene siete hijos y 11 años luchando por salvar vidas.

“Soy un comunitario de nacimiento, me gusta ayudar a municipios y eso me ayudó a engancharme con los bomberos”, explica, desde uno de los camiones de bomberos de Pedro Brand.

Estas unidades también han socorrido a los bomberos de Santo Domingo Norte para calmar las llamas de Duquesa. “Trabajamos todos como un solo bombero, como un solo hombre”.

Acevedo dice que en siendo emergencias tienen que trabajar en todas, y que estas pueden ir desde salvar a un gato en un árbol como un incendio.

“En siendo emergencias nosotros tenemos que actuar en todas, puede ser un gato en una mata, un caballo en un hoyo, un perro en peligro, una mata en la calle, todo eso es socorrer haciendo nuestro trabajo, y nos gusta nuestro trabajo por eso, porque cuando yo socorro una gente yo me siento engrandecido porque me gusta esto”, dijo.

Su experiencia más difícil fue un siniestro en la fábrica de vidrio de Pedro Brand, de la cual no dio muchos detalles.

Mientras que la vivencia como bombero que más lo llena de satisfacción fue cuando en una ocasión sacó a una yegua embarazada de una cisterna.

“La experiencia más grande fue sacar un caballo, una bestia preñada de una cisterna que se cayó, en el barrio El Paraíso, de Pedro Brand”, explicó.

En ningún momento, en estos 11 años de trayectoria como bombero, se ha visto afectado por el humo de un incendio, debido a que toman las precauciones de lugar

“Le buscamos el viento al humo para donde va para trabajarle a favor, porque si trabajamos en contra entonces vamos a dejar que el humo nos dé en la cara”, finalizó.