Las parejas chinas que quieran divorciarse deberán previamente compartir un periodo de «reflexión» de un mes, según una nueva ley aprobada este jueves, que ha provocado indignación por la injerencia del Estado en las relaciones privadas.
El texto refrendado requiere a las parejas que soliciten la separación que esperen un mes –para deliberar–, antes de que su solicitud comience a procesarse, en un intento para reducir las altas tasas de divorcio, pero que ya había provocado una oposición generalizada cuando los legisladores realizaron consultas al respecto el año pasado.
Tras su aprobación, la ley se convirtió en un tema viral en Weibo, el equivalente a Twitter, registrándose más de 25 millones de visitas a las publicaciones con el la etiqueta «Oponerse al periodo de reflexión para el divorcio».
En la asamblea anual del parlamento chino que se celebra estos días se están discutiendo reformas de un código civil que reemplazará las leyes existentes sobre matrimonio, adopción y derechos de propiedad, entre otros temas.
El año pasado, en un país donde el matrimonio es la norma habitual, hubo más de 4 millones de divorcios, una cifra que ha aumentado casi exponencialmente durante la última década –en 2003 fueron 1,3 millones.
«Los divorcios sin una reflexión se han convertido en un fenómeno cada vez más común, que no fomenta la estabilidad familiar», había afirmado recientemente un portavoz de la comisión legislativa del parlamento.
No obstante, esta disposición está muy lejos de lograr unanimidad. Varios legisladores argumentaron que este periodo de reflexión no debería aplicarse en casos de violencia doméstica, bigamia, violación conyugal u otros atentados a los derechos individuales.