Enfrentamientos entre manifestantes y policías sacudieron el sábado por la noche varias grandes ciudades de Estados Unidos, a pesar de los toques de queda decretados para detener los disturbios que estallaron tras la muerte de un afroestadounidense a manos de la policía el lunes.
El presidente Donald Trump prometió detener la violencia después de varias noches de disturbios en Minneapolis, donde George Floyd, de 46 años, murió durante su arresto.
En esa localidad de Minnesota, en el norte del país, la policía antidisturbios cargó contra los manifestantes que incumplían el toque de queda y utilizó granadas aturdidoras y bengalas de humo para dispersar la protesta.
También hubo choques entre manifestantes y la policía en Los Ángeles, Chicago y Nueva York.
El caso de Floyd, que falleció después de que un policía lo mantuviera de bruces contra el suelo durante casi nueve minutos, apoyando la rodilla contra su cuello, se ha convertido en el último símbolo de la violencia policial contra los ciudadanos negros y ha provocado la mayor ola de protestas de los últimos años en Estados Unidos.
Trump culpó a la extrema izquierda de la violencia y aseguró que «revoltosos, saqueadores y anarquistas» estaban deshonrando la memoria de George Floyd.
No podemos ni debemos permitir que un pequeño grupo de criminales y vándalos destruyan nuestras ciudades y causen devastación en nuestras comunidades», dijo el presidente tras las revueltas de la noche anterior en la ciudad de Minneapolis.
«Mi administración detendrá la violencia de la turba. Y la detendremos en seco», añadió Trump.
Su rival demócrata en las presidenciales del próximo mes de noviembre, Joe Biden, condenó la violencia de las protestas, pero dijo que los estadounidenses tenían derecho a manifestarse.
«Protestar contra tal brutalidad es correcto y necesario. Es una respuesta totalmente estadounidense», afirmó Biden en un comunicado. «Pero no lo es quemar bienes comunitarios y destruir innecesariamente. La violencia que pone en peligro vidas no lo es. La violencia que destruye y cierra negocios que sirven a la comunidad no lo es», agregó el candidato.
Los disturbios llevaron a ciudades como Los Ángeles, Atlanta, Chicago y Filadelfia a anunciar toques de queda.
– Guardia Nacional –
El gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz, también denunció la responsabilidad de elementos exteriores a su estado que, según él, podrían ser anarquistas, supremacistas blancos o narcotraficantes.
Para retomar el control de la situación, anunció la movilización de los 13.000 efectivos de la Guardia Nacional de su estado, un despliegue del que no se tenía noticia desde la Segunda Guerra Mundial.
Walz advirtió que se avecinaba una situación «peligrosa» en las calles el sábado por la noche y añadió que había pedido la asistencia del secretario de Defensa.
Las unidades de la policía militar permanecen alertas para una posible intervención en Minneapolis, con un tiempo de respuesta de cuatro horas, indicó el Pentágono en un comunicado.
«Nosotros podemos enviarle nuestros soldados muy rápidamente», había dicho más temprano Trump en la Casa Blanca.
La policía militar no está autorizada a intervenir en el territorio estadounidense, salvo en caso de insurrección. Ese cuerpo no se ha desplegado desde 1992, cuando fue convocado durante los violentos disturbios de Los Ángeles a raíz de la muerte a manos de la policía de otro hombre negro, Rodney King.
– Saqueos e incendios –
La presencia policial no impidió que miles de personas salieran a protestar en lugares como Dallas, Las Vegas, Seattle y Memphis.
Las manifestaciones llegaron hasta delante de la Casa Blanca, donde gases lacrimógenos e incendios llenaron el aire de humo.
En Nueva York, más de 200 personas fueron detenidas tras enfrentamientos que dejaron varios heridos entre las fuerzas de seguridad. Allí, una mujer lanzó un cóctel Molotov al interior de un vehículo policial ocupado por cuatro agentes sin provocar ningún herido.
Manifestantes quemaron autos de la policía en Miami y Atlanta, y en Los Ángeles cinco agentes resultaron heridos y hubo cientos de arrestos después de que varias personas incendiaran y saquearan comercios, sobre todo tiendas de lujo de Beverly Hills.
En todas partes los manifestantes denunciaron la violencia policial contra los ciudadanos negros y pidieron justicia para Floyd, detenido supuestamente por tratar de pagar en una tienda con un billete falso de 20 dólares.
El vídeo de su arresto, en el que se ve cómo un policía lo aplasta contra el suelo mientras él grita que no puede respirar, conmocionó al país.
El viernes, el agente que aparece en la grabación, Derek Chauvin, fue inculpado por asesinato en tercer grado tras haber sido despedido junto con otros tres policías involucrados en la detención.
La familia de Floyd, que será enterrado en su ciudad natal, Houston, consideró la detención de Chauvin como un primer paso «en el camino a la justicia», aunque pidió cargos más duros contra él, así como el arresto de los otros agentes implicados.
Fuente: AFP