Los ciberdelincuentes no paran; al contrario, conforme se acerca el final del confinamiento intensifican su actividad para robar dinero a quienes “piquen en el anzuelo”.

En primer lugar, les demuestran que tienen algunas de sus claves y, a continuación, les piden que entreguen una cierta cantidad de dinero. De lo contrario, difundirán en las redes vídeos, se entiende que íntimos, de las personas afectadas.

Se trata de un correo de #sextorsion “¿Te envían tu propia contraseña y dicen que tienen un vídeo tuyo? #NiCaso al chantaje, mienten: ni contestes ni pagues”.

Ten mucho cuidado si recibes dicho correo,lo primero que se debe hacer es cambiar la contraseña que han obtenido por otra y activa “activa la doble autenticación siempre que esté disponible”, insiste.

Los usuarios, al recibir estos mensajes, se inquietan pues es conocido que los hackers pueden llegar a activar a distancia aparatos telemáticos, televisores, ordenadores, teléfonos, dotados con cámaras, y grabar escenas íntimas que estén el alcance de los objetivos. Puede ocurrir, pero no es lo habitual. Y los ciberdelincuentes se aprovechan del miedo que siente una persona ante la posibilidad de ver su imagen, o la de sus afines, en situaciones de intimidad, divulgada a través de las redes sociales de acceso general.