La concentración de anticuerpos contra el covid-19 puede reducirse a niveles no detectables en tres meses después de la infección, según un artículo de médicos chinos publicado este jueves en la revista Nature Medicine.
Para estudiar la preservación de esas proteínas en los pacientes, los investigadores analizaron a 37 portadores asintomáticos y a otros 37 que mostraban síntomas de la enfermedad. Todos los enfermos procedían del distrito de Wanzhou, en el centro de China.
Los científicos descubrieron que, tras ocho semanas, el nivel de anticuerpos se había reducido en el 81 % de los pacientes asintomáticos y en el 62 % de los que mostraban síntomas. Más aún, en el 40 % de los pacientes asintomáticos y el 12,9 % de los sintomáticos el nivel disminuyó hasta concentraciones no detectables.
«En este estudio, observamos que los niveles de la inmunoglobulina G y anticuerpos neutralizantes en una alta proporción de individuos que se recuperaron de la infección por SARS-CoV-2 comienzan a disminuir dentro de los 2-3 meses posteriores a la infección», escriben los autores.
«Un modelo matemático también sugiere una corta duración de la inmunidad después de la infección por SARS-CoV-2», agregan.
«Juntos, estos datos podrían indicar los riesgos de usar los ‘pasaportes de inmunidad’ al covid-19 y respaldar la prolongación de las intervenciones de salud pública, como el distanciamiento social, la higiene, el aislamiento de grupos de alto riesgo y las pruebas generalizadas», concluyen los autores.
hierro», padre de la unificación alemana en 1871, también es conocido por haber acogido en 1884 la Conferencia de Berlín en la que se organizó la repartición de África entre las potencias europeas.
Sin embargo, no se ha derrocado ninguna estatua, como sí que ocurrió en países como Estados Unidos, el Reino Unido y Bélgica.
También se alzaron voces a favor de rebautizar calles con los nombres de Adolf Lüderitz, un comerciante que jugó un importante papel en la colonización de Namibia, o de Carl Peters, un colono activo en el este de África, pero se toparon con la resistencia de los lugareños.
En un país confrontado desde hace décadas a su pasado nazi, «no hemos avanzado mucho con el colonialismo, al que desde hace tiempo hicieron frente Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña», afirma Urte Evert, directora del museo de la Ciudadela de Spandau, un barrio del oeste de Berlín en el que se exponen viejas estatuas que ya no tienen derecho a decorar la vía pública.
Para ella, las estatuas, acompañadas de una placa en la que se explique el pasado menos glorioso del personaje representado, podrían «posibilitar el debate público» y contribuir de ese modo a trabajar la memoria histórica.