Aunque el coronavirus ha supuesto que, durante varios meses, las fronteras de todos los países permanecieran cerradas con motivo de proteger a los ciudadanos de cada país y evitar la propagación de la enfermedad, parece inevitable pensar que en algún momento volverán a abrirse.
El verano ya asoma tímidamente a la vuelta de la esquina, y en muchos lugares comienzan a planearse desescaladas y reaperturas para incentivar el turismo, aunque con el miedo latente a una segunda ola de contagios.
Algunas de las aerolíneas más importantes han anunciado recientemente que dejarán de servir bebidas alcohólicas en muchos vuelos
Las compañías aéreas parece que, por el momento, serán las grandes perjudicadas en la función. Muchos expertos presagian que, en el mundo post-covid, no será tan sencillo viajar a cualquier parte del mundo como lo venía siendo en los últimos y globalizados años. La razón es que, si tenemos que cumplir el distanciamiento social a rajatabla, muchos vuelos no podrán ser operativos por un motivo de rentabilidad. Durante años, las compañías se han gastado miles de millones para poder acomodar a la mayor cantidad de personas posible en espacios pequeños. Asientos y pasillos más estrechos es la máxima, por eso en los aviones modernos la regla de los dos metros no puede cumplirse, pues los asientos miden alrededor de 45 centímetros, por lo que dejar el asiento del medio libre solo te mantiene a tan solo 45 centímetros de tu vecino.
El porcentaje de asientos en un avión ocupado por pasajeros determina si los vuelos se equilibran y si vale la pena operarlos, en otras palabras, si son rentables. Es por tanto natural pensar que las cosas cambiarán de cara al futuro y ya no será tan fácil encontrar ‘gangas’ que nos lleven al otro lado del mundo. Pero no solo eso, tras los atentados del 11 de septiembre las medidas de seguridad en los aeropuertos cambiaron y se incrementaron, no parece descabellado creer que estamos a punto de asistir a un nuevo devenir de los acontecimientos: nuevos procedimientos de embarque, mascarillas obligatorias, mayores restricciones y, por supuesto, mediciones continuas de temperatura para comprobar que si estás capacitado para viajar son lo que nos espera.
KLM no servirá el habitual carrito de bebidas sino que proporcionará refrescos que se encontrarán en los asientos cuando los pasajeros lleguen al avión.
si todo eso te parecía suficiente, tenemos otra mala noticia para ti: según informa la revista ‘Best Life’, uno de los rituales más queridos cuando tienes los pies y la cabeza en el aire está a punto de desaparecer.
Algunas de las aerolíneas más importantes han anunciado recientemente que dejarán de servir bebidas alcohólicas en muchos vuelos, gracias de nuevo al COVID-19. American Airlines y Delta en Estados Unidos, KLM y Easyjet en Europa, y Virgin Atlantic en Australia ya han confirmado que no servirán bebidas espirituosas en sus trayectos para evitar la propagación del virus y con motivo de proteger a su tripulación y a los pasajeros.
El motivo es que así los pasajeros pasarán más tiempo con la mascarilla puesta durante el vuelo.
¿Cómo se están produciendo estos cambios? En Estados Unidos, por ejemplo, Delta y American Airlines no servirán alcohol en los vuelos que operen en el país, pero sí lo hará en los internacionales, proporcionando cerveza, vino o licores. KLM, en lugar de servir el habitual carrito de bebidas en pleno vuelo, proporcionará a los pasajeros refrescos para el viaje que se encontrarán en sus asientos cuando lleguen al avión.
Y en Virgin Atlantic se proporcionará a los viajeros ‘paquetes de salud’ que incluyen mascarillas, toallitas y desinfectante de manos. Aunque vaya a echarse de menos, todavía se podrán adquirir bocadillos y cervezas en las terminales de los aeropuertos, antes de embarcar