Los equipos de rescate continuaban el martes su «carrera contra el tiempo» en el suroeste de Japón para salvar a los residentes varados por las devastadoras inundaciones y deslizamientos de tierra que dejaron casi 50 muertos, con una docena de personas desaparecidas.

También se espera que se mantengan las fuertes lluvias hasta el jueves. La Agencia Meteorológica Japonesa ha declarado el nivel máximo de alerta para lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra en grandes áreas de la isla de Kyushu, en el suroeste de archipiélago. Se espera que el número de víctimas por las lluvias aumente aún más.



Un funcionario de la prefectura de Kumamoto, la región más afectada, confirmó a AFP la muerte de 49 personas mientras que un quincuagésimo estaba en paro cardiorrespiratorio, un término utilizado en Japón antes de la declaración oficial del muerte por un médico.

«Es una carrera contra el tiempo», dijo Yutaro Hamasaki, un funcionario regional entrevistado por AFP el martes por la mañana. «No hemos establecido una fecha límite para las búsquedas, pero realmente necesitamos acelerar el ritmo porque el tiempo se acaba. No nos rendiremos», apuntó.



Más de 40.000 policías, bomberos, guardacostas y miembros de las Fuerzas de Autodefensa japonesas fueron desplegados.

Inundaciones en Japón

Los ríos desbordados han barrido puentes y transformado caminos en lagos, obligando a los rescatistas a viajar en canoa o helicóptero.

«No pude dormir debido al intenso sonido de la lluvia. He vivido aquí por más de 50 años, pero nunca he visto una lluvia tan fuerte», dijo Nobuko Murakami, un vecino de 78 años cuya casa fue destruida por deslizamientos de tierra.

Kentaro Oishi, quien generalmente ofrece viajes en balsa a los turistas en Hitoyoshi, un pequeño pueblo famoso por sus aguas termales, dijo a AFP que había sido llamado para ayudar a los residentes varados por el agua.

«He estado haciendo rafting durante 20 años, pero nunca imaginé» navegar por las calles de la ciudad», apuntó.

– Tabiques de cartón –

Catorce de las víctimas cuyas muertes han sido confirmadas eran residentes de una casa de retiro que no pudieron ser evacuadas cuando el agua inundó el edificio.

Dos miembros de los equipos de rescate buscan personas desaparecidas en un deslizamiento de tierras provocado por las copiosas lluvias, el 7 de julio de 2020 en Tsunagi, en la prefectura de Kumamoto, al oeste de Japón

Toda la planta baja se inundó, no pudimos acceder a ella. Algunos residentes del local habían logrado refugiarse en el primer piso. Nunca había visto algo así», declaró un rescatista a la red de televisión pública NHK.

Las operaciones de evacuación se complicaron aún más por los temores relacionados con la pandemia de coronavirus.

Por lo tanto, la necesidad de observar una distancia física ha reducido en gran medida la capacidad de recepción de los centros de alojamiento de emergencia, mientras que las recomendaciones de evacuación (no obligatorias) conciernen a cientos de miles de personas.

Hasta el momento Japón ha registrado menos de 1.000 víctimas fatales por la epidemia y unos 20.000 casos de contaminación desde el comienzo de la crisis. La mayoría de las nuevas infecciones se han registrado en Tokio.

En la ciudad de Yatsushiro las autoridades convirtieron un gimnasio en un refugio, donde las familias fueron separadas por tabiques de cartón para evitar la propagación del virus, dijo un fotógrafo de la AFP.

Equipos de rescate se encuentran en plena «carrera contra el tiempo» para hallar sobrevivientes de las inundaciones y deslizamientos de tierra

Según reportes de medios locales, algunos residentes prefirieron dormir en sus automóviles, por temor a ser infectados en un refugio.

Para la vida económica local, que ya sufrió el colapso del turismo debido a la pandemia, este desastre natural llega en el peor momento.

«Este magnífico lugar fue puesto patas arriba de la noche a la mañana», dijo a la AFP Yuji Hashimoto, jefe de la oficina de turismo en Yatsushiro, también conocido por sus aguas termales.

«El daño está más allá de la comprensión, cayó sobre nosotros de una manera completamente inesperada. Es una doble pena, mientras nuestra ciudad ya sufría el impacto del coronavirus», lamentó.

La temporada de lluvias está en pleno apogeo en el archipiélago japonés, un período de alto riesgo en términos de inundaciones y deslizamientos de tierra.