Con la victoria electoral de Luis Abinader, candidato presidencial del opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM), terminan 16 años consecutivos de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el país caribeño. Si bien la Junta Central Electoral (JCE) aún no formaliza el triunfo del empresario y economista de 52 años, sus competidores -el candidato oficialista, Gonzalo Castillo, y el expresidente Leonel Fernández, del partido Fuerza del Pueblo (FP)- lo felicitaron, reconociendo el resultado de los comicios.

Las elecciones presidenciales del domingo pasado (05.07.2020), originalmente planeadas para el 17 de mayo y pospuestas por la crisis del coronavirus, estuvieron marcadas por la pandemia. En los últimos días, se han registrado cifras récord de contagio de COVID-19 con más de mil nuevas infecciones diarias.



Los desafíos «más difíciles» de la historia del país

En su discurso de victoria, Luis Abinader dijo estar consciente de que enfrentará los desafíos «más difíciles» de la historia del país. Para Cynthia Arnson, directora del programa latinoamericano del Centro Wilson, el mayor reto del presidente electo consistirá en controlar la pandemia. «De lo contrario, no logrará atender el segundo gran desafío estrechamente relacionado, que es el restablecimiento del crecimiento económico. La economía dominicana depende fuertemente del turismo, y este sector no revivirá hasta que las tasas de contagio disminuyan de forma estable», dice a DW.



Según Günther Maihold, vicepresidente de la Fundación Ciencia y Política (SWP, por sus siglas en alemán), el futuro gobierno también deberá garantizar que las pequeñas y medianas empresas dispongan de suficiente liquidez financiera, así como costear un programa de asistencia para los sectores más vulnerables de la sociedad, una «tarea difícil teniendo en cuenta los problemas presupuestarios del país».

Durante su campaña electoral, Abinader prometió iniciativas de solidaridad, como un amplio acceso a los servicios de salud y el abastecimiento de alimentos. «Las expectativas de la sociedad son muy altas al respecto, por lo que Abinader enfrenta una gran presión», dice el politólogo alemán a DW.

En su opinión, el próximo gobierno también deberá combatir el desempleo masivo creando más puestos de trabajo en el sector formal a través del aumento de la competitividad de la economía dominicana, invirtiendo estratégicamente en infraestructura e imponiendo innovación tecnológica.

¿Un perfil propio?

Si bien el Partido Revolucionario Moderno logró sacar del poder al Partido de la Liberación Dominicana después de más de tres lustros, ambas formaciones políticas son de centroizquierda. ¿En qué aspectos se puede esperar un cambio político en el país?

La experta del Centro Wilson subraya que las divisiones internas debilitaron al PLD. Pese al sostenido crecimiento económico bajo el partido oficialista, el gobierno saliente estuvo envuelto en numerosos escándalos de corrupción, incluyendo el del gigante brasileño de la construcción Odebrecht. «A largo plazo, el mayor reto será darle prioridad a un gobierno transparente y limpio», señala.

Por su parte, Günther Maihold cree que Luis Abinader podrá contar con el apoyo del expresidente Hipólito Mejía: «La pregunta es si logrará desarrollar un perfil gubernamental propio». Entre los aspectos centrales de su programa político figuran el control de la situación de seguridad a través de una reforma policial y la renovación del sistema de justicia. Además, envió una importante señal a favor de la integración de la sociedad dominicana prometiendo un gabinete compuesto en un 50 por ciento por mujeres.

«Las tentaciones populistas»

Maihold describe a Abinader como un «tecnócrata». Hasta hace poco, el empresario descendiente de inmigrantes libaneses era presidente del grupo Abicor, una empresa familiar dueña de una universidad, de una de las principales fábricas de cemento del país y de varios proyectos inmobiliarios.

El vicepresidente de la Fundación Ciencia y Política tiene la esperanza de que el presidente electo no sucumba tan fácilmente a las tentaciones populistas: «Es posible que se logren romper las viejas redes de clientelismo. Sin embargo, tradicionalmente en la República Dominicana éstas muchas veces han sido reemplazadas por nuevas formas de favoritismo. Si Abinader logra establecer claras reglas de transparencia y promover exitosamente la participación pública, sería un claro paso hacia adelante para su país».

(jov)

Autor: Viola Traeder