Puedes limpiar los faros con abundante agua y jabón, pero hay soluciones más eficaces como el vinagre reducido con agua, la pasta de dientes para ‘pulir’ ligeramente la superficie, o incluso una solución de bicarbonato de sodio y vinagre. Así es como se hace correctamente.
De la tecnología de iluminación de nuestro vehículo depende que veamos mejor o peor la carretera y cualquier otro elemento. Pero también de que los faros estén limpios, o no. Además, si no dedicamos un tiempo a limpiar los faros es posible que se deterioren a un ritmo más acelerado y acabemos perdiendo visibilidad.
Indica Carlos Gonzáles de motors.es que efectivamente, es importante tomar precauciones: limpiar los faros con cierta frecuencia y hacerlo de forma correcta, no solo para evitar accidentes de tráfico, sino también para evitar a largo plazo tener problemas cuando vayamos a pasar la ITV. Porque, efectivamente, pueden ponerte pegas si las ópticas de tu vehículo están deterioradas, y no solo si las bombillas no están en correcto estado.
Cómo limpiar los faros del coche correctamente
Con la intención de evitar el tono amarillento y el deterioro de las luces de nuestro coche deberíamos limpiar los faros correctamente. Y para ello tampoco hay que complicarse demasiado, empezando por un lavado general del vehículo en el que, de forma específica, deberíamos usar agua y jabón en abundancia en los faros. Eliminar restos de barro, arena, sal o cualquier otro elemento adherido que pueda arañar la superficie.
Pero cuando ya se han deteriorado. limpiar los faros va más allá de usar agua y jabón y hay ocasiones en las que tenemos que pulir la superficie. Se puede utilizar un disco de lana con pulimento líquido, protegiendo antes las zonas cercanas de carrocería para evitar daños en la pintura, y en cualquier caso acabando este trabajo con un nuevo lavado en profundiad –con agua y jabón- para evitar que queden restos.
Hay algunos trucos caseros que nos pueden ayudar a limpiar los faros del coche y reducir su deterioro como, por ejemplo, el uso de pasta de dientes, puesto que tiene propiedades abrasivas y es una forma casera de pulir la superficie. Se aplica en toda la superficie del faro, se deja por algunos minutos y se retira después con agua y jabón secando la zona correctamente al terminar.
El bicarbonato de sodio puede servir para hacer exactamente lo mismo, aunque mezclado con vinagre –en dos partes-. En este caso hay que tener especial cuidado al retirarlo y asegurarse de que no quede bicarbonato. También podemos usar vinagre reducido con agua, sencillamente, y rociar el faro con esta mezcla usando un paño de microfibra para limpiar más a fondo que con el agua y el jabón.