Residuos sólidos, básicamente de plásticos, foam, lilas y otros comenzaron a inundar el litoral sur de Santo Domingo arrastrados por los ríos Ozama e Isabela pero la alcaldesa del Distrito Nacional.

Tras los aguaceros dejado por la tormenta Isaías, el mar comenzó a rechazar lo que no le pertenece y a devolver los residuos como vasos, botellas de agua y platos que lanzan a las cañadas y riberas de los ríos que descargan sus aguas en el puerto de San Soucí.



Brigadas de la Alcaldía del Distrito Nacional y del Ministerio de Obras Públicas limpiaban ayer los puntos más afectados, tales como la playa de Montesinos y la del Fuerte de San Gil, de donde sacaban toneladas de basura.

Una brigada de Obras Públicas se concentró en el Fuerte de San Gil, mientras que la del ADN en la playa Montesinos, donde la alcaldesa Carolina Mejía se puso al frente.



Según indica Juan María Ram­írez en el periódico Hoy, la ejecutiva municipal Carolina Mejía informó que desde el miércoles pasado comenzó a tomar medidas preventivas a raíz de los avisos de la tormenta Isaías, con la visita a diferentes lugares vulnerables de la ciudad.

“Estamos aquí desde bien temprano en la mañana junto a las brigadas para tratar que la ciudad esté en las mejores condiciones posibles para disfrute de los capitaleños”, expuso.
Consideró que es imposible evitar que toneladas de residuos lleguen al Mar Caribe sin un trabajo en conjunto con todas las alcaldías del Gran Santo Domingo y San Cristóbal.

Señaló que desde que asumió el gobierno de la ciudad busca el trabajo mancomunado con los demás municipios, ya que a los ríos Ozama, Isabela y Haina, van los residuos, de Santo Domingo Este, Santo Domingo Norte, Santo Domingo Oeste y de Haina.

Exhortó a los ciudadanos a colaborar no lanzando la basura en las calles, cañadas y riberas de los ríos, tras recordar que el país vive del turismo y se debe ofrecer la mejor cara a los visitantes.

Mientras la alcaldesa encabezaba la labor de limpieza en la playa de Montesinos, toneladas de lilas estaban represadas en el río Ozama, frente al puente flotante.

Al momento de abrir el puente flotante todas las lilas que ayer estaban represadas en ese lugar terminarán en el litoral Sur de Santo Domingo, ofreciendo una imagen negativa de esa zona.

Cada vez que algún fenómeno natural pasa cerca de Santo Domingo la historia se repite: lo mismo sucedió en julio y septiembre de 2018. Además ocurrió para la misma fecha, pero del año 2007, en plena temporada ciclónica.