A pesar de la extraordinaria diversidad cultural que ha evolucionado en nuestra especie, se sabe que los humanos de distintas culturas tomamos precauciones activas para ocultar las relaciones sexuales de la percepción sensorial de los demás.

Durante el siglo pasado, los estudiosos argumentaron que la preferencia por el apareamiento oculto representa un “humano universal” y que se trata de un comportamiento que practicamos exclusivamente los humanos.



Otros especialistas especularon que la privacidad de las relaciones sexuales tenía un efecto significativo en la evolución de las emociones humanas, como la vergüenza, y de habilidades cognitivas como la autoconciencia y el manejo de las relaciones sociales.

Investigación inexistente
A pesar de este interés de larga data, la investigación sistemática sobre por qué los humanos preferimos tener relaciones sexuales privadamente es prácticamente inexistente.



En este sentido, y como parte de un esfuerzo por comprender por qué los humanos preferimos el acto sexual en privado, un antropólogo de la Universidad de Zúrich realizó un estudio sobre los hábitos de procreación humana.

La evidencia anecdótica sugiere que los seres humanos generalmente preferimos practicar las relaciones sexuales en privado, pero aún no se han establecido las razones que subyacen a este comportamiento. Para obtener más información, el autor del estudio recuperó datos de 4.572 relatos de etnografías (estudios culturales) y los examinó buscando lo que él describe como prácticas sexuales normales.

Este análisis reveló que prácticamente todas las culturas conocidas practican el apareamiento privado, incluso en lugares donde la privacidad es difícil de encontrar. El investigador también buscó ejemplos del comportamiento en otros animales y solo otra especie, una pequeña ave conocida como charlatán árabe (Argya squamiceps), ha demostrado una preferencia por la privacidad durante el apareamiento.

Una teoría propia
El investigador encontró que no había explicaciones para este comportamiento, ni ninguna teoría evolutiva sobre el tema y, de hecho, muy pocas personas se preguntan por qué los humanos tenemos tanta propensión a la práctica sexual en privado.

En su estudio, el autor concluyó presentando una teoría propia: la razón por la cual los humanos comenzaron a buscar privacidad durante el sexo fue porque el hombre quería evitar que otros hombres vieran a su compañera en un estado de excitación.

El investigador sugiere que tal estado de excitación probablemente habría alentado a otros hombres a intentar aparearse con ella. Por lo tanto, la privacidad, o quizás más precisamente, el aislamiento, le permitió al hombre mantener el control sobre una pareja sexual, al tiempo que permitía una cooperación continua dentro de un grupo.

Referencia: Why do human and non-human species conceal mating? The cooperation maintenance hypothesis. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 2020. https://doi.org/10.1098/rspb.2020.1330

Por Mary Quintero