El presidente ruso Vladimir Putin anunció este martes que su país desarrolló la «primera» vacuna contra el coronavirus, que reapareció en Nueva Zelanda tras más de tres meses y ya ha infectado a más de 20 millones de personas en el mundo.
El anuncio ruso llega cuando el mundo registra más de 736.000 muertos por la pandemia que tuvo su origen en diciembre en China, según un recuento de la AFP elaborado con cifras oficiales.
Estados Unidos sigue siendo el país más castigado del mundo, con más de 163.000 muertos y cinco millones de infectados. Lo sigue Brasil, con más de 101.000 decesos y más de tres millones de contagios.
«Esta mañana, por primera vez en el mundo, se ha registrado una vacuna contra el nuevo coronavirus», dijo Putin durante una videoconferencia con miembros del gobierno retransmitida por la televisión. «Sé que es bastante eficaz, que otorga una inmunidad duradera», agregó.
En las semanas anteriores a este anuncio, científicos extranjeros manifestaron su preocupación por la rapidez de la creación de una vacuna de este tipo, y la OMS llamó al respeto de las «líneas directrices y directivas claras» en materia de desarrollo de este producto.
Putin afirmó incluso que una de sus hijas fue inoculada con la vacuna, bautizada «Sputnik V» (V de Victoria) en homenaje al satélite soviético. «Participó en los experimentos», dijo, según la agencia Interfax, agregando que tuvo un poco de fiebre «y nada más».
La producción industrial de la vacuna, de la cual 20 países han encargado ya 1.000 millones de dosis, comenzará en septiembre, según el presidente del fondo soberano implicado en su creación, Kirill Dmitriev.
La vacuna será distribuida el 1 de enero de 2021, según el registro nacional de medicamentos del ministerio de Salud, consultado por las agencias de prensa rusas.
Aunque el ritmo de la pandemia parece estabilizarse en el mundo, con un millón de casos adicionales registrados cada cuatro días desde mediados de julio, la batalla contra el coronavirus ha recrudecido en Europa.
– Reaparición en Nueva Zelanda –
Aunque el ritmo de la pandemia parece estabilizarse en el mundo, con un millón de casos adicionales registrados cada cuatro días desde mediados de julio, la batalla contra el coronavirus ha recrudecido en Europa.
Desde el lunes, París obliga a utilizar mascarillas en las calles en los barrios más frecuentados de la ciudad, una medida adoptada ya en varias ciudades europeas que buscan impedir rebrotes en plena ola de calor.
La medida responde a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo director Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó el lunes a los gobiernos y a los ciudadanos a que colaboren para «erradicar» la transmisión del nuevo coronavirus.
En Escocia, los niños retomaron el martes el camino de la escuela después de cinco meses, iniciando un regreso escolar delicado en el Reino Unido, en medio de un recrudecimiento de la epidemia.
Confinadas en bloque en marzo, las naciones del Reino Unido, donde el virus ha dejado el mayor coste humano en Europa con 46.000 muertos, gestionan la vuelta escolar en orden disperso, ya que en Inglaterra algunas clases ya habían reanudado parcialmente en junio.
La lucha contra el coronavirus es constante y ningún territorio puede darla por ganada de manera definitiva, al menos hasta estos momentos.
Nueva Zelanda anunció este martes sus primeras infecciones localmente transmitidas de coronavirus en 102 días, lo que llevó a la primera ministra Jacinda Ardern a ordenar el confinamiento de Auckland, la ciudad más grande del país.
Ardern dijo que se detectaron cuatro casos de origen desconocido en una misma familia en Auckland.
«Luego de 102 días, tenemos nuestros primeros casos de COVID-19 fuera del aislamiento o los centros de cuarentena… si bien hemos trabajado increíblemente duro para prevenir este escenario, también nos hemos preparado para esto», afirmó.
– América Latina –
Cinco países latinoamericanos se encuentran entre los diez con más muertos en el mundo: México (53.003), Perú (21.276), Colombia (13.154) y Chile (10.139), además de Brasil.
En Brasil, que había superado el domingo los 100.000 muertos, los mensajes de solidaridad con las familias enlutadas se multiplicaron en las redes sociales junto a críticas furibundas contra el gobierno.
«Brasil está de luto. Un genocidio provocado por un gobierno de incompetentes e irresponsables», dijo Ciro Gomes, tercero en la elección presidencial de 2018 y representante del Partido Demócrata Laborista (centroizquierda).
Más allá de la crisis sanitaria sin precedentes, la epidemia ha golpeado a la economía mundial, y sus efectos sobre el empleo se ven por todas partes.
Este martes, el Instituto Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) británico anunció que el Reino Unido perdió 730.000 empleados entre marzo y julio, su peor caída desde la crisis financiera de 2009, y la pobreza y la precariedad avanzaron a raíz de la pandemia.