Rusia anunció este jueves el comienzo en la próxima semana de pruebas clínicas con más de 40.000 personas de su vacuna contra covid-19, anunciada el 11 de agosto y percibida con escepticismo por la comunidad internacional.
«La semana que viene (…), un estudio clínico sobre la eficacia (…) y la seguridad de la vacuna Sputnik V comenzará en Rusia», indicó el fondo soberano ruso, asociado en su desarrollo, precisando que «más de 40.000 personas participarán en el estudio en más de 45 centros médicos».
El sitio en internet oficial dedicado a la vacuna, por su parte, había anunciado que «la fase 3 de las pruebas clínicas, con más de 2.000 personas» en varios países había comenzado el 12 de agosto.
Interrogado por la AFP respecto a estos tests, el servicio de prensa del fondo soberano señaló: «no hay una fase 3 en la ley rusa».
«Desde un punto de vista legal, se trata de estudios que se realizan después de que se registrase la vacuna» el 11 de agosto, explicó, añadiendo que pueden ser considerados como un «equivalente a la fase 3».
El director del fondo soberano, Kirill Dmitriev, señaló este jueves durante una sesión informativa online que la vacunación de «grupos de riesgo», lo que incluye al personal sanitario, también comenzará la próxima semana de manera voluntaria.
Más de 20 países han hecho pedidos de compra de mil millones de dosis de la vacuna, añadió. También dijo que Rusia ha acordado producir la vacuna en cinco países.
Dmitriev además indicó que está planeado el comienzo de «vacunaciones masivas en Rusia en octubre», en tanto que las entregas de vacunas al extranjero está programado para empezar en noviembre o diciembre. Una delegación del ministerio de Salud de Arabia Saudita es esperada en Moscú la semana próxima, añadió.
Sputnik V, nombre que hace referencia al primer satélite artificial de la historia, es vista con escepticismo en casi todo el mundo, sobre todo por la falta de una fase final de pruebas en el momento de ser anunciada.
«Hemos visto un cambio significativo en el tono que utiliza la OMS (Organización Mundial de la Salud). En un principio, de hecho, no tenían suficiente información sobre la vacuna rusa, ahora se le ha enviado información oficial y la evaluará», continuó Dmitriev.
«No vemos ningún obstáculo para que los reguladores individuales aprueben la vacuna sin que lo haya hecho la OMS», añadió.