El miedo ganó las calles de Puerto Príncipe este lunes cuando cientos de policías se manifestaron encapuchados y armados para protestar contra el gobierno y exigir la liberación de un camarada preso.

«Pedimos la inmediata liberación de Pascal y un aumento de salarios. Eso pedimos: una vida mejor», dijo un policía que portaba lentes de sol y una máscara para no ser identificado.



Los manifestantes circularon en moto lanzando esporádicamente tiros al aire y dieron unas de horas de ultimátum a las autoridades para que dejen en libertad al policía preso.

Un agente de la brigada antidrogas está encarcelado desde comienzos de mayo acusado de asesinato, incendio criminal, destrucción de bienes públicos y atentado a la seguridad del Estado, según la orden de un juez.



En momentos en que la inseguridad vinculada a las pandillas armadas viene creciendo, la cólera de los manifestantes se dirige principalmente contra el director de la policía nacional Normil Rameau, función que ejerce interinamente pues falta que sea confirmado por el parlamento.

«Normil Rameau solo trabaja para (el presidente) Jovenel Moïse: los policías mueren, reciben balazos y nunca dice nada», afirmó un policía durante la manifestación.

Una movilización policial similar ya había generado tensión el viernes en la capital de Haití.

Durante esa protesta una veintena de autos fueron quemados y los manifestantes reclamaron y obtuvieron la liberación de cinco policías presos.

Este lunes, varios vehículos fueron quemados y una oficina administrativa fue parcialmente incendiada.

«La situación toma dimensiones cada vez más alarmantes», dijo a la AFP, Renan Hedouville, encargado de la agencia de protección a los ciudadanos de Haití.