En la evaluación del desempeño personal del mandatario de ultraderecha, un 50% de los encuestados dijo que «aprueba su forma de gobernar», frente a un 41% que lo aprobaba en diciembre.
Los índices de confianza en el primer mandatario aumentaron también de 41% a 46%, frente a un 51% que todavía afirma no confiar en él, dato que en diciembre era de 56%.
El margen de error de la encuesta es de dos puntos porcentuales.
Estos resultados confirman la tendencia reflejada en un sondeo realizado hace poco más de un mes por el Instituto Datafolha, que mostraba que la aprobación de Bolsonaro había escalado de 32% a 37% entre junio y agosto, en plena pandemia del nuevo coronavirus.
Otras encuestas recientes colocan a Bolsonaro como un candidato muy competitivo para las elecciones de 2022, en las que intentará un segundo mandato.
Al igual que Datafolha, el sondeo de Ibope muestra que la popularidad del excapitán del ejército ha aumentado entre los brasileños más pobres, que empezaron a recibir en abril un subsidio mensual de 600 reales (unos USD 110 al cambio actual) para paliar los efectos del parón económico provocado por la pandemia.
La asignación fue prolongada hasta diciembre pero con un valor reducido a la mitad, lo cual no parece haber afectado por ahora la popularidad del gobierno.
Tampoco parecen haber tenido efecto las críticas que recibió por su postura negacionista y anticientífica frente a la pandemia, que ya ha dejado casi 139.000 muertos en Brasil, el segundo país con más decesos después de Estados Unidos.
Bolsonaro también colecciona detractores en el exterior, sobre todo por su política ambiental, en un nuevo año con altos índices de deforestación e incendios forestales en la Amazonía y el Pantanal.