El consumo de tabaco, incluso cuando se deja de fumar antes del embarazo, puede tener consecuencias en la placenta de las mujeres embarazadas, demuestra un estudio francés publicado este miércoles.
Investigadores del Inserm, del CNRS y de la universidad de Grenoble Alpes (UGA) estudiaron el ADN placentario de 568 mujeres divididas en tres categorías: no fumadoras, que habían dejado de fumar en los tres meses previos al embarazo y que siguieron fumando antes y durante el embarazo.
Entre las fumadoras, los científicos han observado las llamadas alteraciones «epigenéticas» en 178 regiones del genoma placentario, es decir que la secuencia del ADN no cambia, pero la forma en la que se expresan los genes puede verse afectada.
En las exfumadores, estas alteraciones son mucho menos frecuentes, pero fueron halladas en 26 regiones, señala el artículo publicado en la revista BMC Medicine.
La placenta conservaría «la memoria» de la exposición al tabaco en las mujeres antes del embarazo, explican el Inserm, el CNRS y la universidad UGA en un comunicado que acompaña al estudio.
Se ha demostrado que el consumo de tabaco durante el embarazo tiene consecuencias nocivas para la salud de la madre y del bebé, pero «los mecanismos involucrados todavía no se conocen bien».
Se sabe que la placenta, vulnerable a muchos compuestos químicos, desempeña un papel crucial en el desarrollo del feto.
En el estudio, los investigadores constataron que las regiones alteradas corresponden a menudo a áreas que controlan a distancia la activación o represión de genes. Además, una parte de ellas están situadas en genes conocidos por tener un papel importante en el desarrollo del feto.
Johanna Lepeule, investigadora del Inserm, plantea la hipótesis de que las modificaciones epigenéticas observadas en la placenta de fumadoras o exfumadoras «podrían explicar en parte los efectos del tabaquismo observados en el feto y la salud posterior del niño».