La crisis del nuevo coronavirus podría hacer caer la inversión extranjera directa (IED) un 40% este año y se espera una recuperación recién en 2022, estimaron este martes los economistas de la ONU.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) explica en un informe que los confinamientos y la perspectiva de una profunda recesión global han reducido significativamente las IED.
Se trata de las inversiones realizadas por una empresa de un país en intereses comerciales duraderos en otro país, con un propósito de largo plazo.
Esta noción de interés duradero permite distinguir la IED de los flujos puramente financieros y más fluctuantes.
Según UNCTAD, estas inversiones transfronterizas cayeron 49% en el primer semestre de 2020 en comparación con el mismo período del año pasado. Se han visto afectadas las principales formas de inversión extranjera, desde la financiación de la infraestructura hasta las fusiones y adquisiciones.
«La caída ha sido bastante drástica», declaró el director de la División de Inversiones y Empresas de UNCTAD, James Zhan, en rueda de prensa.
La caída de la IED se desacelerará probablemente en el segundo semestre, por lo que la caída anual en el conjunto del año será del 30-40%.
«Las perspectivas siguen siendo muy inciertas y dependen de la duración de la crisis sanitaria y de la eficacia de las intervenciones de políticas destinadas a atenuar los efectos económicos de la pandemia», recalcó Zhan.
Los riesgos geopolíticos también aumentan la incertidumbre, explicó.
– Países ricos, los más afectados –
Durante el primer semestre, las economías desarrolladas registraron la mayor caída de IED, que se desplomó un 75% en los países ricos a 98.000 millones de dólares (82.900 millones de euros), un nivel nunca visto desde 1994.
En la primera mitad del año, los flujos de IED hacia Europa fueron negativos por primera vez. Los flujos de IED en América del Norte también cayeron un 56% durante el mismo período.
Los flujos de IED hacia las economías en desarrollo disminuyeron sin embargo menos de lo previsto (-16%), informa UNCTAD. Por regiones, cayeron un 28% hacia África, un 25% hacia América Latina y el Caribe y un 12% hacia Asia, principalmente por la resistencia de las inversiones en China.
Los flujos de IED hacia las llamadas economías en transición cayeron un 81%, lastradas por Rusia.
– Perspectivas «muy inciertas» –
Según UNCTAD, las perspectivas siguen siendo malas porque los proyectos en nuevas instalaciones en el extranjero (conocidos como «inversiones greenfield», uno de los principales componentes de la IED) cayeron un 37% durante los primeros ocho meses del año.
Estas inversiones, que generan empleo y son una fuente de transferencia de tecnología y de conocimientos, han caído un 49% en los países en desarrollo y un 17% en las economías desarrolladas.
«Los flujos hacia las economías en desarrollo deberían estabilizarse y el este de Asia da signos de una recuperación inminente», declaró Zhan.
En general él espera una caída más moderada de las IED en 2021, de hasta un -10%.
«A más largo plazo, vemos la posibilidad de una transformación de las cadenas de valor globales que cambiará el panorama del comercio y de las inversiones mundiales», agregó.
Esta transformación será el resultado de una nueva revolución industrial, del desarrollo sostenible, de un gran nacionalismo económico, de cadenas de producción más cortas y de inversiones en las economías verdes y las infraestructuras de servicios públicos.