Aunque son muchas las forma de cocinarlo, hay un gesto que muchas personas cometen antes de cocinar el pollo y que deberían evitar: lavarlo.
Lavar la carne del pollo, sobre todo cuando estamos cocinando la pieza entera en su hábito común en la cocina que deberías desterrar para evitar la tan temida contaminación cruzada. El pollo, es uno de esos alimento que nunca debes lavar antes de cocinarlos.
La mayoría de las personas que limpian el pollo lo hacen con buen propósito: eliminar los gérmenes y bacterias que pueblan piel de estos animales, aunque en realidad no sirve de gran cosa y puede provocar daños colaterales, ya que el agua puede salpicar y propagar las bacterias al fregadero, encimera y otros objetos que pudiésemos tener a nuestro alrededor, incluso a nuestra ropa.
De hecho según los expertos la única forma de eliminar las bacterias es cocinar el pollo a una temperatura superior a los 75 grados. Si quieres limpiar alguna impureza o resto, puedes usar un papel de cocina, pero es mejor evitar ponerlo bajo el grifo.
Según Indica Iván Muñoz en el portal Computer Hoy, que lavar el pollo no supone ningún riesgo más allá de los problemas de posible contaminación cruzada, no afecta al sabor de la carne ni a su textura una vez cocinada.
Es decir, que si pese a los riesgos no consigues quitarte el hábito de lavar el pollo, al menos deberías tomar precauciones para evitar la contaminación cruzada, tomando medidas para desinfectar adecuadamente cualquier superficie con la que el líquido o las salpicaduras hayan estado en contacto, además de lavarse bien las manos después de tocar carne cruda o cualquier alimento o herramienta que haya podido estar en contacto con ella.