Hay quienes lo usan para preparar deliciosos platos a base de caldo y quienes lo usan para dar sabor a platos de todo tipo. Pero ¿es realmente seguro el cubo de caldo? Según los expertos, la respuesta sería no. Aquí hay 4 buenas razones para no usarlo.
Glutamato monosódico.
Los cubitos de caldo contienen glutamato monosódico, un potenciador del sabor que ha estado bajo la lupa de los estudiosos. Esta sustancia ya ha sido prohibida en la alimentación infantil debido a su peligrosidad, pero parece que no es totalmente inofensivo en los adultos.Algunos estudios, no totalmente confirmados y aceptados por la comunidad científica, indican que el glutamato monosódico es responsable de efectos secundarios como náuseas, vómitos y migraña, relacionados con el llamado «síndrome del restaurante chino» (síntomas que algunas personas tienen después de haber ingerido comida china preparada con el aditivo glutamato monosódico).
Sustancias químicas.
Los cubos de caldo contienen ingredientes extraídos químicamente de residuos animales y vegetales. Simplemente lea la etiqueta para notar la presencia de ingredientes con nombres desconocidos e impronunciables, precisamente porque son sustancias químicas y casi nunca naturales.
Grasas peligrosas.
Este producto no es nada liviano, como nos lo repiten los anuncios de televisión. De hecho, es un alimento con mucha grasa. ¿Por qué estropear un risotto o un caldo de verduras agregando grasa innecesaria durante la cocción?
Sal.
Otro problema relacionado con los cubos de caldo es la gran cantidad de sal que contienen estos productos. Como todos sabemos, consumir grandes cantidades de sal en la alimentación es malo para su salud y su peso.
Hágalo en casa.
Se puede preparar fácilmente, utilizando hierbas aromáticas como el perejil, salvia, albahaca, sal y sus verduras favoritas. Cortar en trozos pequeños, dorar en una sartén con aceite de oliva virgen extra y cocinar durante aproximadamente una hora.
Una vez listo, mezcle, corte en cubos y endurezca en el congelador. Puede conservarlos durante dos meses en un frasco cerrado.
Con información de Verónica Pereira de Aurana.es