Italia se encuentra desconcertada frente a los casi 1.000 muertos registrados en las últimas 24 horas debido al coronavirus, un récord absoluto desde que comenzó la pandemia, por lo que el gobierno optó por la línea dura durante las fiestas de Navidad.

«Las razones del elevado número de muertos sigue siendo un misterio. La edad avanzada no es suficiente para explicarlo», aseguró el conocido demógrafo Lorenzo Richiardi, 45 años, profesor ordinario de epidemiología y estadística médica de la Universidad de Torino (norte) al analizar las cifras para el diario La Stampa.



La pandemia sigue castigando duramente a Italia, el primer país de Europa afectado por el virus, con 1.660.000 personas contagiadas y 58.038 muertes hasta ahora.

«Se trata de cifras que nos hacen temblar», confesó el jueves ante la prensa Domenico Arcuri, comisario extraordinario para el covid.



Observando las cifras oficiales de los últimos cinco días, Italia ha registrado un número alto de muertos al día que va de 541 el 29 de noviembre a 672 el 30 noviembre, 785 el 1 de diciembre y 684 el 2 de diciembre.

Según el Consejo Nacional de Investigaciones, el pico de fallecimientos diarios seguirá subiendo en los próximos cinco a diez días.

Italia, con 14 millones de personas con más de 65 años sobre una población de 60 millones, es considerado el país de Europa con la población más anciana.

Siete millones superaban los 75 años y más de 14.000 superaban los cien años de edad en 2019, según el centro nacional de estadística Istat.

Un dato significativo y que hay que tener en cuenta, ya que «la edad promedio de los muertos es de 80 años y presentaban otras patologías», según explicó este viernes el virólogo Matteo Bassetti.

«Se necesita un estudio más profundo, con más datos sobre las personas que han muerto, saber si el deceso fue en casa, en residencias para ancianos, en hospital», reconoció.
– La pandemia como un yo-yo –

«La tendencia de la pandemia es la de tener altibajos, como un yo-yo, será así hasta que haya una vacuna», resumió por su parte Richiardi.

Pese a que el número de personas contagiadas ha disminuido levemente en los últimos días, el aumento de decesos y la pandemia en general ha desatado «pesimismo», «miedo», «dolor», según el estudio presentado este viernes por el prestigioso centro de investigaciones Censis.

El 73,4% de los entrevistados siente «miedo por el futuro» y «ansia», según Censis, que retrata una Italia dispuesta a renunciar a muchas libertades por la salud y que apoya las medidas drásticas (79,8%) adoptadas por el gobierno para las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

El primer ministro Giuseppe Conte firmó la madrugada del viernes el decreto con las medidas más restrictivas de su historia para las tradicionales fiestas navideñas.

Se prohíben los desplazamientos entre regiones a partir del 21 de diciembre hasta el 6 de enero, pero también entre municipios durante los días festivos.

Se mantiene el toque de queda a las 22H00 local en todo el país, no se podrá celebrar la tradicional misa del gallo y no habrá fiestas ni cenas con numerosos invitados.

Para evitar más muertos en una tercera ola en enero o febrero, si se baja la guardia, como ocurrió en el verano, Conte optó por medidas drásticas.

Una política que la oposición de derecha considera fruto de la «incompetencia», tras acusar al gobierno de no haber sabido manejar el segundo brote del virus.

Pese a ello, a partir de enero, el gobierno espera eliminar gradualmente una serie de restricciones y las escuelas podrán aumentar la participación de estudiantes en las clases.

El gobierno quiere que se mantengan las restricciones hasta el comienzo de la campaña de vacunación gratuita y masiva, que se iniciará con los médicos y el personal sanitario, seguido por las residencias de ancianos, el mayor foco de contagio en la primera ola.