Por: Raphy D’ Oleo: El plan gubernamental de auxilio al sector artístico tenía que fracasar. El objetivo del presidente no encontró respuesta correcta en quienes lo aplicaron, pues el concepto presidencial tiene una alta dosis social, mientras la visión del gabinete de políticas sociales es puramente comercial. Un problema de enfoque que los llevó a confundir lo fundamental con lo principal.

Las fiestas populares de años atrás estaban diseñadas para llevar alegría a las comunidades a través de las contrataciones artísticas solicitadas por los gobernadores, quienes elegían a los artistas más populares. En ese momento eso era lo fundamental.



Ahora, las fiestas populares no tienen sentido por la pandemia, pero la industria de la música necesita una inyección de recursos para no sucumbir. Lo importante ahora no es el esparcimiento por las festividades navideñas. Lo fundamental es buscar una fórmula que permita la subsistencia de la clase artística y cultural después de 10 meses sin trabajo.

En los planes gubernamentales QUÉDATE EN CASA y FASE 1 Y 2, el estado subsidia a los empleados de empresas privadas cerradas para evitar contagios, otorgándoles una cantidad de dinero mensual de manera directa. En este momento el gobierno debe hacer lo mismo con el sector artístico pues los protocolos sanitarios no permiten la rentabilidad del negocio del espectáculo.



El objetivo del proyecto que proponemos tiene una clara visión de tipo social. Las empresas privadas recibieron ayuda a través de los programas del gobierno. Eso no ocurrió con la mayoría de las empresas artísticas, pues no estaban formalizadas.

AGUSA (Aporte Gubernamental a la Solidaridad Artística), es el formato para que el gobierno vaya en auxilio del sector, haciendo posible que los artistas lleguen a todos los rincones del país a llevar su arte y alegría de manera gratuita e imponiendo de manera drástica los protocolos sanitarios. De igual manera el proyecto sería la plataforma para la formalización del sector

FORMATO

1.- Contrataciones de 12 actividades por artista.

2.- Tarifas diferenciadas en 3 categorías para cada renglón. Estos son:

a) AGRUPACIONES

b) SOLISTAS

c) HUMORISTAS Y ANIMADORES

d) TEATRO Y TRABAJADORES CULTURALES

3.- Se pagarán 2 actividades mensuales.

4.- Los contratados servirán una lista de sus empleados a quienes se les realizará una transferencia a una cuenta abierta en el Banco de Reservas. El resto del contrato será entregado al líder o propietario de la agrupación. Si alguno de los empleados recibe los beneficios de los planes sociales del gobierno, es retirado de estos. El gobierno ofrecerá todas las facilidades para que los artistas y/o agrupaciones inscriban a sus empleados en la TSS, agregarlos como proveedores del estado y certificación cero deudas en la Dirección General de Impuestos Internos, con el objetivo de formalizarlos como empresas.

5.- Los artistas solo realizarán actividades cuando y donde el gobierno los envíe para tener el dominio del protocolo. El Estado se convierte en el empleador artístico, y suplirá estos, a hoteles, presentaciones por streaming, lugares de diversión y otros como incentivo, los cuales no podrán cobrar derecho de admisión, comprometiéndose a la aplicación rigurosa de los protocolos, so pena de ser suspendidos y multados.

6.- Estas contrataciones se realizarán a través de empresarios artísticos que estén al día con todas las regulaciones impositivas y empresariales vigentes en el país, quienes canalizarán los contratos que deben estar firmados por los artistas. Los empresarios cobrarán una comisión que no debe exceder el 10% del valor del contrato, cuyos valores estarían estipulados por categoría y tarifas consensuadas entre los empresarios y el Ministerio de Cultura o con quien designe la Presidencia. Estos serían los representantes de los artistas para los fines de coordinación de los eventos.

Los sectores que agrupan a sonido, tarima, luces, transporte, compositores, animadores y apoyos colaterales del mundo del espectáculo serán manejados en un plan de contrataciones sin involucrarlos directamente en el proyecto. Se les pagaría por servicio y tendrían acceso a préstamos blandos, planes de asistencia social y facilidades de formalización.

AGUSA podría resolver la delicada situación que vive la industria de la música y el espectáculo y organizaría de manera definitiva a un sector que aporta aproximadamente 1,000 millones de pesos al Producto Interno Bruto.