Se ha detectado en Reino Unido y, en seguida, han saltado las alarmas en todo el planeta. El coronavirus ha mutado (como suele hacer, por ejemplo, el virus de la gripe) y la pregunta es: ¿cómo de diferente resulta esta nueva cepa y, sobre todo, cómo es de peligrosa respecto a la que conocíamos hasta ahora?

Según el equipo científico que asesora al gobierno británico, esa mutación del coronavirus ha dado lugar a una cepa un 70% más contagiosa. A dicha capacidad de infección atribuye el ejecutivo de Boris Johnson el modo en que en Londres y el sur de Inglaterra se han multiplicado los casos de Covid 19 y que ha obligado a decretar el confinamiento de estas zonas.



La mutación no ha hecho el virus más mortífero, según los primeros estudios. Tendría lógica ya que es el modo en que suelen mutar los virus: adaptándose a su huésped, a quien no quieren eliminar sino conservar vivo como receptáculo óptimo.

Sin embargo, no existen certezas aún sobre esta nueva cepa. Hay científicos que ponen en cuestión que sea más contagiosa y hay investigadores que aseguran que todavía es pronto para saber si su letalidad es mayor o menor.



La mayoría de los científicos opinan que, sea como sea la mutación, la vacuna resultará efectiva. Pero, como en todo lo demás, hay que comprobarlo fehacientemente.

La Organización Mundial de la Salud ha admitido que la nueva cepa “podría afectar a la efectividad de algunos medios diagnósticos”. No obstante, se sigue confiando en la fiabilidad de las PCR’s.

La mutación del coronavirus se ha detectado en Gran Bretaña pero algún científico ya especula con que pueda estar circulando por toda Europa y atribuye la virulencia de esta segunda ola en países como Alemania y Francia a la nueva cepa. Es una teoría que no se ha comprobado. De momento, la nueva cepa no se ha visto en ningún lugar salvo en territorio británico.

Se cree que la nueva cepa ha surgido de los visones, capaces de contagiarse del coronavirus humano masivamente y mutar en su organismo el virus para luego, de nuevo, devolverlo mutado al ser humano. De ahí que haya una parte considerable de la comunidad científica exigiendo control e, incluso, eliminación de los criaderos de visones que proliferan en Europa.

Ya en Dinamarca se detectó una mutación del coronavirus que había saltado de visones a humanos. Pero se controló a tiempo y esa cepa no tuvo una gran expansión. En este caso, sin embargo, parece que la mutación se ha hecho fuerte en Londres y en el sur de Inglaterra y, hoy por hoy, podría ser la cepa dominante.

Los expertos aseguran que lo mejor sería acelerar la vacunación porque la protección que nos presta puede frenar la nueva cepa o, en el peor de los casos, al menos atenuar sus efectos.

El problema, es que si la nueva cepa contagia a muchos más individuos, eso se traducirá en miles de fallecimientos más. Se ha calculado la letalidad del coronavirus (en los peores momentos de la primera ola) en torno al 1%. No es lo mismo el 1% de un millón de personas que de 10 millones (como resulta obvio). Dicho esto, las actuales circunstancias son diferentes: ahora se sabe cómo evoluciona la Covid 19 y algunas herramientas para combatir sus efectos, lo cual puede salvar vidas.

Así que, mientras medio mundo suspende vuelos con Gran Bretaña y se blindan las fronteras frente a la nueva cepa, toca seguir alerta, tomar precauciones y convivir con esta pandemia que quizás erradique la vacuna a lo largo de 2021.

Con información de MSN