El Vaticano abrirá un juicio a la llamada «Dama del cardenal», la asesora de un influyente miembro de la Curia, por «malversación» de fondos, anunció este lunes la justicia vaticana.
Cecilia Marogna, una joven consultora italiana a la que la Santa Sede le había confiado medio millón de euros en una cuenta en Eslovenia y que por ello había sido detenida brevemente a mediados de octubre en Italia por solicitud del Vaticano, deberá someterse en pocos días a la justicia vaticana.
Las revelaciones en la prensa italiana sobre esa misteriosa mujer, apodada la «Dama del cardenal» o la «Dama de los 500.000 euros», sembraron graves sospechas sobre el cardenal Angelo Becciu, un importante prelado destituido repentinamente el 24 de septiembre por el papa Francisco por la sospecha de estar involucrado en la malversación de fondos.
Según un comunicado emitido este lunes por la fiscalía vaticana, el juicio contra Cecilia Marogna es «inminente».
El Vaticano, que había exigido inicialmente la extradición de la mujer, renunció a ella de manera de poderla procesar «libre de medidas cautelares».
Marogna, que estuvo unos días detenida en la cárcel de Milán, comparecerá por lo tanto en libertad ante el tribunal vaticano.
La justicia vaticana no menciona si el cardenal Becciu deberá comparecer también en el juicio.
Una serie de filtraciones de documentos a la prensa italiana reveló la existencia de Cecilia Marogna y su turbio desempeño en el caso.
La mujer, de 39 años y apariencia clásica, había afirmado a inicios de octubre a la prensa que fue remunerada como mediadora para lograr la liberación de sacerdotes y monjas secuestrados en África o Asia, y confirmó en varias entrevistas el giro de medio millón de euros a la cuenta de su empresa «Logsic», creada a fines de 2018 en la capital eslovena.
Originaria de Cerdeña, como Becciu, fue contratada por el cardenal, cuando este ejercía como número dos de la Secretaría de estado, en la cima de la jerarquía vaticana.
«Soy una analista política y experta en inteligencia» que estaba encargada de «una red de relaciones en África y Oriente Medio para proteger las nunciaturas y las misiones» de la Iglesia, explicó en varias entrevistas tras afirmar que «no era amante» del purpurado.
La italiana ha sido acusada de usar los fondos para comprar objetos de lujo, entre ellos 12.000 euros para un sofá, así como ropa de marca.
