Washington, Estados Unidos. Una joven de 22 años es sospechosa de haber intentado vender a los servicios de espionaje rusos una computadora portátil de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, robada durante el asalto al Congreso de Estados Unidos el 6 de enero.

Según la acusación, consultada por la AFP, Riley June Williams, residente de Pensilvania, estaba entre la muchedumbre que invadió el edificio del Capitolio.



The Washington Post informó la noche del lunes que autoridades federales habían anunciado la detención de Williams, aunque ofreció pocos detalles.

Basándose en varias fotos y videos de los caóticos disturbios registrados en el Capitolio, un agente del FBI aseguró que Williams fue vista cerca de la oficina de Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes.



Un testigo interrogado por las autoridades estadounidenses, identificado en el documento judicial solo como W1, afirma haber visto otros videos en los que Riley Williams se llevaba una computadora (o un disco duro) de la oficina de Pelosi.

Ese mismo testigo, que afirmó ser «la expareja sentimental» de la mujer, alegó que ésta planeaba enviar la computadora portátil a un amigo en Rusia para venderla a la agencia de inteligencia extranjera SVR.

Esa venta «fracasó por razones desconocidas, y Williams todavía tiene el dispositivo informático o lo destruyó», señala la declaración jurada.

La acusación, presentada el domingo por la noche en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Washington, hasta ahora solo inculpa a Riley Williams por «entrada violenta y conducta desordenada en terrenos del Capitolio», pero no por robo.

Consultado por AFP, la oficina del fiscal federal de Washington se negó a dar más detalles en lo inmediato.

El 6 de enero una multitud de seguidores del presidente saliente Donald Trump, alentada por éste, marchó hasta el Capitolio en Washington y lo invadió cuando el Congreso debía certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

En el lugar hubo violentos enfrentamientos y se registraron cinco muertos, incluido un policía, por lo que Trump enfrenta en el Congreso un segundo juicio político por «incitar a la insurrección».

Más de 70 personas han sido acusadas por esos hechos, según el Departamento de Justicia.

El Congreso permanece cerrado antes de la investidura el miércoles del demócrata Joe Biden como presidente de Estados Unidos, un evento que, según la policía, algunos alborotadores de extrema derecha amenazan con impedir.