El parlamento israelí (knéset) autorizó este miércoles al ministerio de Salud a revelar a otras autoridades del país las identidades de aquellas personas no vacunadas contra covid-19, lo que provoca inquietud sobre la privacidad de los ciudadanos que rechacen inocularse.
La ley, aprobada por 30 votos a favor y 13 en contra, brinda a las autoridades locales, al director general del ministerio de Educación y a algunos miembros del ministerio de Asuntos Sociales la facultad de obtener nombres, direcciones y teléfonos de personas no vacunadas.
El objetivo del texto, válido durante tres meses o hasta que se decrete el fin de la pandemia, es «ayudar a que estas organizaciones incentiven la vacunación de las personas comunicándose personalmente con ellas», de acuerdo a un comunicado de prensa del Parlamento.
Israel ya ha administrado las dos dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech a tres millones de personas, o sea, alrededor de una tercera parte de la población (estimada en unos 9 millones de personas).
El gobierno autorizó a partir del domingo la reapertura de los centros comerciales y las tiendas, en el marco de su tercer desconfinamiento desde el comienzo de la pandemia de covid-19.
Aunque algunos sitios están abiertos para todos, otros son solamente accesibles para quienes porten un «distintivo verde», que significa que ya han recibido las dos dosis de la vacuna o que se han curado de la enfermedad, lo que parte de la población considera una forma de discriminación.
En el debate parlamentario, este miércoles, Merav Michaeli, líder laborista, acusó al primer ministro Benjamin Netanyahu de «negar a los ciudadanos (…) la confidencialidad sobre su información médica».
En tanto, el diputado Haim Katz, del partido derechista Likud, de Netanyahu, afirmó que la ley es una manera de fomentar la vacunación. El primer ministro pidió a los ciudadanos israelíes vacunarse para «poder volver a la vida normal».
El objetivo es haber vacunado a 6,2 millones de personas para abril.
Oficialmente, se han constatado en el país poco más de 760.000 contagios, entre los cuales algo más de 5.600 muertes.