Cuánta pasividad hay en nosotros que no nos deja avanzar. Estamos siempre esperando a que llegue mañana para hacer, pero el mañana nunca llega, porque en verdad no queremos hacerlo.

Dios nos da la fuerza y la valentía para hacerlo, pero no queremos asumir esa posición porque tenemos que hacer muchas cosas que no nos agradan para vencer la pasividad, un estado de comodidad donde esperamos que los demás hagan lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer.



Estamos sembrando un mal ejemplo para las próximas generaciones, porque ellos están viendo en nosotros poco esfuerzo, dejadez, falta de interés, desgane, y nada que los impulse a mejorar y cambiar. Debemos esforzarnos para salir de ese estado, reconociendo que Cristo nos llama a dar la milla extra y a no ser conformistas.

Por la Pastora Montserrat Bogaert/ iglesia Monte de Dios