Cuando rozas los 30 descubres que todo lo que habías imaginado tener para entonces era en realidad solo un sueño: ¿trabajo bien remunerado? ¿Casa propia? ¿Pareja estable o, como mínimo, relaciones sexuales frecuentes y satisfactorias? Dejadnos hacer un gran corte de mangas a las expectativas, por favor.
En cuanto a lo tercero, la cosa se complica. Ya ni siquiera Tinder ayuda a tachar de la lista este objetivo, menos aún en tiempos pandémicos. Así que en realidad, si lo pensamos fríamente, tampoco resulta tan extraña la conclusión a la que ha llegado el último estudio sobre la evolución de la sexualidad de la mujer española, llevado a cabo por Gleeden junto a DIVE marketing, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Las mujeres de entre 51 y 60 años son las que más orgasmos tienen, han afirmado. Muchos más que las de 31-40 años. «La experiencia, el autoconocimiento, la búsqueda de intereses y motivaciones sexuales conducen a la mujer a un empoderamiento sexual y ello a encontrar caminos que potencien el placer y el orgasmo», afirma la psicóloga asesora del estudio, Laia Cadens.
Y no solo eso: las mujeres nacidas en los 70 (que ahora rondan los 50 años) se sienten más libres de aceptar o rechazar un ofrecimiento sexual. «Se sienten más libres de tomar decisiones, en comparación con las nacidas en las dos décadas posteriores», explican.
Aunque es cierto que las veinteañeras y treintañeras son las que tienen relaciones sexuales con más frecuencia –14 veces al mes frente a las 9 que tienen las mujeres más mayores–, son las segundas las que se aplican eso de «lo breve y bueno, dos veces bueno». Porque su cantidad de orgasmos es mayor.
Deseamos más de lo que ejecutamos
De los resultados del estudio de puede concluir que las mujeres españolas no estamos, en general, tan liberadas sexualmente como podría suponerse: «Sólo cubren un 61% de su deseo sexual… el 39% restante queda reprimido», explican.
También han recabado información sobre las prácticas sexuales alternativas al coito que solemos tener en España. ¿La más practicada? El sexo oral (un 92% lo lleva a cabo), seguida de la masturbación en solitario (91%) y, en menor medida, los juguetes sexuales –aunque se abren camino poco a poco–, el sexo anal o ver porno en pareja, aunque la mayoría de las encuestadas ha admitido que nunca ha hecho estas dos últimas.
Y ya si hablamos de aventurarse en tríos o en intercambios de pareja, la estadística es mucho más baja: «La mujer española está en proceso y en progreso, pero aún se sitúa en un plano algo conservador de la vivencia sexual. Parece que tienen las ganas, pero todavía falta aproximarse a la ejecución que querrían», explica Laia Cadens.