La psicóloga Irene López Assor sabe mucho de felicidad… y, también, de infelicidad. En sus 25 años de experiencia, por su consulta ha pasado un poco de todo. Por eso, para averiguar qué nos impide sentirnos bien, aprovechó el confinamiento para analizar los temas más recurrentes entre sus pacientes y en su podcast semanal, ‘Un ratito con Irene’, donde habla de relaciones, psicología y los problemas que más nos agobian.

Repasamos con ella los 10 puntos que explica en su práctico manual para detectar y resolver cualquier traba que te pueda impedir una felicidad plena. Si te reconoces en alguno (o algunos) de ellos, lo más importante es que recuerdes que todos, por mucho que cuesten, se pueden superar. «Si quitas los obstáculos de los que te hablo en el libro, podrás hallar a la persona que eres realmente y no una copia de los demás», señala Irene López Assor. Para lograrlo no está de más tener presente la que, para ella, es LA FRASE: ‘Un día sin darte cuenta, te despertarás y verás que ya no duele’.



Madres tóxicas

Si sientes que te manipula, se hace la víctima y siempre desea ser el centro de atención, es probable que lo sea. «Sonmujeres muy narcisistas o infantilizadas, que nunca asumieron el papel de madre y filtran el mundo a través de su necesidad y su deseo», explica López Assor. «El padre no arriesga su vida en el parto, la madre sí», señala, por eso, «una madre tóxica puede generar mucha culpa en sus hijos, aunque sea inconscientemente». Para superarlo, lo primero es ponerles límites.

La frustración contra la felicidad

De niños deberíamos aprender a gestionarla pero, si no fue así, ¿cómo hacerlo de mayores? Y es importante porque puede generarte una crisis. La psicóloga bajar tus expectativas, «dejar de lado los que nos dicen que debemos de ser y centrarnos en lo que realmente queremos ser» y recordar que «no todos somos iguales, ni es verdad que todos podamos hacer todo». Tener presente que la cooperación es la clave del buen funcionamiento de la sociedad te puede ayudar, y mucho, a superarla para ser feliz.



La autoexigencia

Solemos pensar que ser perfeccionista es un punto a tu favor. Sin embargo, López Assor aclara que depende de la medida: «La autoexigencia es buena hasta que no interfiere en tu vida, cuando se enlaza con la inseguridad y la necesidad de reconocimiento». Para valorarlo, piensa si buscas satisfacer un deseo natural o el aplauso de los demás. «Debes analizar qué buscas en tu afán de perfección. De adultas no debería hacernos falta una necesidad imperiosa de reconocimiento», señala.

Ego y soberbia, tus enemigos para ser feliz

Una vez, un amigo profesor de taichí –rollo muy espiritual– me dijo que lo más difícil del mundo es controlar tu ego.«El truco para conseguirlo es muy fácil, bajarnos a la humildad», señala López Assor. «La soberbia es creernos por encima de los demás, lo que nos desconecta de la realidad y de nosotros mismos. El dolor del ego es más intenso que el del alma», advierte. Así que te toca revisar si eres demasiado ‘queen’. Chupito de realidad y adelante.

Amistad tóxica

Quizá sea el obstáculo que más nos cuesta. Para reconocer una amistad tóxica, fíjate en si te hace sentir insegura, si das más de lo que te da, si no te apoya… En el fondo, lo sabes, aunque cuesta admitirlo. Pero hay que hacerlo porque genera un daño emocional tamaño XXL. «Duele, y mucho, reconocer que una amistad ha llegado a su fin», asiente López Assor, que aconseja analizar «el por qué decidimos alejarnos y darnos ese valor de poner el limite. La vida es muy larga, a veces será de no retorno y otras volverán».

El desamor

Por esta fase es casi inevitable pasar una y ¿mil? veces. Sin embargo, es fundamental aprender a afrontar el desamor, sin que vaya a mayores porque, ojo, malllevado es muy peligroso para ti. «El duelo siempre hay que pasarlo, y hay que intentar que sea lo menos doloroso posible», aconseja la psicóloga que admite que «doler duele, es una realidad, pero es una realidad que se pasa. Si perdemos el miedo al dolor que es algo temporal (máximo 6 meses) nos sentiremos más libres para amar en la forma que cada uno decida».

La envidia

Puedes morirte de envidia o sufrir la de terceros. Si envidias, te enfrentas a «un problema serio que puede desembocar en patologías más complicadas», advierte López Assor y hasta afectar a tu relación de pareja, como le ocurría al duque de Edimburgo en la serie ‘The Crown’ (Netflix). Para superarlo, reconoce que la sientes, deja de mirar a los demás y alégrate públicamente de los éxitos ajenos; el buen rollo te conquistará. Si te envidian, valora en qué grado y actúa en consecuencia: genera distancia y no entres en su juego.

La culpa

Es un mal endémico en el mundo, pero parece que las culturas judeocristianas nos llevamos un extra de fábrica. Para evitarla, empieza por aprender a «perdonarte a ti misma. No juzgar a quien te hizo daño, hacer un esfuerzo por ser objetivos y analizar aunque nos duela», sugiere la psicóloga. Además, conviene aprender a «asumir nuestros errores solo hasta donde somos responsables. Haz limpieza de tu mochila de vida para ir más ligeros siendo responsables de nuestros actos, no de los demás», López Assor

El efecto Pigmalión

Hay quien saca lo mejor de ti, lo que conoce como el efecto Pigmalión. «Cuando te dicen ‘lo vas a conseguir’, ‘yo confío y ti’, te da una fuerza inmensa para creer en ti» dice López Assor, que previene de su reverso y recuerda que ambos se marcan en la infancia: «El efecto Golem es lo contrario, ‘no vales para nada’, ‘no lo lograrás’». Hay que protegerse de esos mensajes negativos y también aprender a no darlos. Para ello intenta ser clara y positiva en tu ‘feedback’ y habla, siempre, desde el respeto.

Por Paka Díaz / Cosmopolitan