La posibilidad de que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, afronte un proceso de destitución parece más alta que nunca, después de que uno de los jefes demócratas del Parlamento estatal, hasta hace poco su aliado, diera luz verde el jueves a la primera fase del procedimiento.
Las dificultades del poderoso gobernador, considerado por muchos como un héroe por la forma en que hizo frente a la pandemia el año pasado, se han agravado considerablemente desde el miércoles: un periódico neoyorquino, el Times Union, de la capital Albany, reveló en efecto que una de sus empleadas lo había acusado de meter la mano bajo su blusa y de haberla tocado de forma «agresiva» a finales de 2020, en su residencia oficial.
Desde finales de febrero, el gobernador de 63 años, cuyo tercer mandato expira a finales de 2022, ya había quedado debilitado después de que cinco mujeres lo acusaran de acoso sexual o comportamiento inapropiado.
Pero las acusaciones que surgieron el miércoles son más graves y podrían tener consecuencias penales: la oficina del gobernador tuvo que «dar aviso a la policía local», confirmó a la AFP uno de sus portavoces.
Las nuevas acusaciones hicieron que 59 miembros demócratas del Parlamento estatal de Nueva York -que cuenta con un total de 213 congresistas, la mayoría de ellos demócratas como el gobernador- se unieran a decenas de republicanos que ya pedían públicamente la dimisión de Cuomo.
Tras recibirlos, el líder demócrata de la Cámara Baja, Carl Heastie, dijo el jueves que había «autorizado al Comité Judicial de la Cámara a abrir una investigación de impugnación», el primer paso hacia una posible destitución del gobernador.
«Las acusaciones contra el gobernador son graves», dijo Heastie en un comunicado. «El comité podrá entrevistar a los testigos, exigir documentos y evaluar las pruebas».
La investigación será paralela a la ya anunciada por la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
El gobernador aún no respondió a las últimas informaciones.
Aunque recientemente se disculpó por «herir» a sus acusadores, también aseguró que «nunca tocó a nadie de forma inapropiada» y descartó cualquier dimisión hasta ahora.
Una destitución por parte del Parlamento de Nueva York requiere una mayoría simple en la Cámara Baja y dos tercios en la Cámara Alta. El último procedimiento se remonta a 1913.