La reapertura de la Sala de exposiciones Ramón Oviedo, en el Ministerio de Cultura podría pasar como un acontecimiento noticioso del momento que, si bien honra su obra y que es dado a conocer en el inmenso caudal de noticias para el consumo mediático del momento, puede pasar sin darnos cuenta del peso específico y la calidad de este maestro, máximo exponente de la pintura social dominicana.
La reinauguración y ampliación de la Sala Ramón Oviedo, trasciende el hecho noticioso mismo y lleva a repensar la obra del indudablemente único de los muralistas dominicanos con las condiciones creativas y de compromiso de talentos como los de Rufino Tamayo, Osvaldo Guayasamín, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente.
Oviedo (1924-2015) fue el creador de la obra más prolífica y comprometida de arte público, desde su mural, 24 de abril”, plasmado en el año de 1965 considerada como el «Guernica» de Pablo Picasso, respecto del pueblo dominicano, hasta El pueblo en lucha, realizado en 2012, realizado 42 años más tarde.
Y como esos murales, alejados del panfletarismo que suele entorpecer la obra de un artista cuando se refiere a hechos políticos de rebeldía tan expresa, son decenas las piezas de arte público de este artista, que exhiben su maestría en el país y el extranjero.
Su prestigio y reconocimiento se registra entre los críticos, artistas y experimentados docentes de las artes visuales, pero a nivel de la gente, todavía hay que educar sobre la trascendencia de su obra para que sea estimado como el principal creador del arte pictórico al servicio de la gente en República Dominicana, comparable tan solo con la impronta grafica de un Silvano Lora.
La reapertura de la Sala se hace, tal cual debía ser, con la exposición “Oviedo introspectivo”, que ofrece 26 autorretratos que podrán ser admirados durante dos meses, informa Comunicaciones, del ministerio.