Mohamad Yusuf Amdani Bai, un empresario con inversiones millonarias en la industria textil e inmobiliaria de México, República Dominicana, Emiratos Árabes, Pakistán y otros países de Centroamérica, admitió estar detrás del contrabando de 5,775 dosis falsificadas de la vacuna rusa contra el COVID-19.

Indica Noticias SIN que el contrabando tenía como destino la ciudad más poblada de Honduras, San Pedro Sula, y fue decomisado en México. Un reporte del diario El País cuenta que las autoridades de aduanas y el Ejército mexicano “detectaron en el interior dos hieleras con mil 155 frascos, con lo equivalente a cinco mil 775 dosis de la vacuna rusa contra el covid-19 ocultas entre refrescos golosinas.



En Santo Domingo el Grupo Karim’s desarrolla actividades comerciales en el sector se zonas francas, con operaciones en La Vereda 3.

“La finalidad de traer estas vacunas era única y exclusivamente para ser aplicadas de forma gratuita a nuestros colaboradores y sus familiares. En ningún momento y bajo ninguna circunstancia Grupo Karim’s pretendía introducir de forma ilegal vacunas”, comunicó el Grupo Karim’s de manera oficial.



Pero las dosis eran falsificadas, aseguró el Fondo Ruso de Investigación Directa (RDIF), encargado del desarrollo y promoción en el extranjero del fármaco.  “El análisis de las fotografías del lote incautado, incluido el diseño de envases y etiquetas, sugiere que se trata de una sustancia falsa que no tiene que ver con la vacuna original”.

La compañía argumentó que tenía el derecho de buscar las vacunas por su cuenta, al margen de las negociaciones gubernamentales, por el principio de acceso a la Salud, consagrado en la Constitución hondureña; además, justificó que sufrió “un duro golpe” en sus operaciones tras la llegada de la pandemia. “Con la mejor de las intenciones se buscaron alternativas para la adquisición de vacunas en aras de salvaguardar la vida de nuestros colaboradores y sus familias”, insistió la firma citada por el diario Prensa Libre.

Pero este no habría sido el único contrabando porque el diario Reforma afirma que 1,000 trabajadores de una planta del Grupo Karim’s en Campeche fueron vacunados con el mismo tipo de sustancia que se decomisó en México.

«Las vacunas se repartieron también a transportistas y colaboradores externos a la compañía que, según los testimonios recabados, firmaron un documento en el que desistían de tomar acciones legales por la inmunización», indica Prensa Libre y concluye que la preocupación ahora es que no saben qué les inyectaron.