Las imágenes de turistas borrachos gritando por las calles y de la policía irrumpiendo en fiestas ilegales irritaban este lunes a los madrileños, impedidos de salir de su región en Semana Santa mientras las fronteras internacionales siguen abiertas.
Los periódicos y canales de televisión reproducían una y otra vez estas imágenes, alimentando un debate cada vez más caldeado sobre la incoherencia de las restricciones sanitarias tomadas por las autoridades para frenar al covid-19.
La Policía Municipal de Madrid debió intervenir el fin de semana para detener «353 fiestas y reuniones ilegales» en domicilios, en muchas casos con participantes «sin usar mascarillas ni otras medidas de seguridad», según señaló el cuerpo de seguridad.
No hay cifras de cuántos turistas podrían haber participado en esas fiestas.
«Necesitamos más que nunca colaboración ciudadana» para denunciar los comportamientos equivocados, clamó el lunes José Manuel Franco, delegado del gobierno español en Madrid, una de las regiones de España con la más alta tasa de incidencia de covid-19.
Al igual que las fiestas, las imágenes de turistas agolpados en las calles de Madrid, bebida en mano, aprovechando que en la capital española los bares y restaurantes pueden abrir hasta las 23h00, provocan discusiones en los medios y las redes sociales.
Y suscitan la exasperación de los españoles que ven como los turistas pueden venir a Madrid y otras ciudades, pero los residentes no pueden desplazarse entre las regiones del país, salvo a las islas Canarias, hasta el 9 de abril, un medida tomada para evitar un aumento de los contagios durante Semana Santa.
– ¿Quién es responsable? –
Desde hace días, el gobierno central, de izquierda, y el de Madrid, de derecha, se atribuyen la responsabilidad.
«Me preocupan esas imágenes», deploró este lunes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante un evento del diario El País. «La imagen de nuestro país es gente responsable, gente que cumple», subrayó.
El domingo, había recordado que «España forma parte de un espacio europeo en donde las fronteras no están cerradas».
De su lado, la presidenta regional de Madrid, la conservadora Isabel Díaz Ayuso, en plena campaña por su reelección a la cabeza de la región más rica del país, estimó que «es el gobierno de España el que tiene competencia para impedir esas fotos» de turistas por las calles, al estar a cargo de las fronteras.
«No se puede transmitir la idea de que Madrid es turismo de borrachera», afirmó, juzgando que las críticas sobre todo contra los visitantes franceses tienen «un tinte un tanto xenófobo».
La izquierda ha acusado a Díaz Ayuso de incitar a los turistas a visitar Madrid para aprovecharse de sus laxas restricciones, de las más permisivas de Europa.
El debate ha llegado a tal nivel que el encargado de negocios de la embajada de Francia en Madrid, Gautier Lekens, pidió no «estigmatizar» a los franceses ni «exagerar un fenómeno que no existe».
El problema no se circunscribe solo a Madrid: La policía catalana intervino la noche del domingo para poner fin a una fiesta que incumplía las restricciones con 37 personas en una zona acaudalada de Badalona, ciudad aledaña a Barcelona.
Según el diario catalán Ara, entre los asistentes se encontraban dos jugadores del equipo del Olympique de Marsella, una versión no confirmada por la policía a la AFP.
En medio de la polémica, España anunció que a partir de este martes exigirá un test PCR negativo en la frontera terrestre con Francia, una exigencia en vigor para los visitantes que llegan por vía aérea.