El obispo de Higüey, monseñor Jesús Castro Marte, declaró que debe ser rechazada “la vulgaridad y las letras explicitas que se propagan en los medios” de comunicación de la República Dominicana, independientemente de su género musical.

Observó que “la música como arte no puede promover antivalores, incitar al uso de sustancias prohibidas, a denigrar la mujer y el sexo desenfrenado”.



A su juicio, el organismo del Estado encargado de monitorear y dar seguimiento a lo que se transmite en los medios de comunicación nacionales, no pueden permanecer indiferente ante esta realidad.

El religioso y exrector de la Universidad Católica de Santo Domingo emite estos criterios en una declaración remitida a ALMOMENTO.NET, a propósito de publicaciones hechas por este periódico digital que denuncian que las redes sociales y estaciones de radio de la República Dominicana especializadas en música juvenil están saturadas de temas procaces, con alto nivel de vulgaridad, que incitan al sexto libre y depravado.



La declaración

El texto de la declaración de Castro Marte es el siguiente:

“La vulgaridad y las letras explicitas que se propaga en los medios, independientemente de su género musical, debe ser rechazada, puesto que, la música como arte no puede promover antivalores, incitar al uso de sustancias prohibidas, a denigrar la mujer y el sexo desenfrenado.

Pienso que el organismo del Estado encargado de velar, monitorear y dar seguimiento a lo que se transmite en los medios de comunicación nacionales, no pueden permanecer indiferente ante esta realidad».

«Somos conscientes que la Internet y el uso de las redes sociales permita que cualquier persona pueda acceder al contenido que desee. Sin embargo, esto debe quedar en el ámbito de lo privado, no puede tener lugar en los espacios públicos, como la radio y televisión dominicana.

También las familias deben jugar un rol importante en la educación de sus hijos y vigilar lo que escuchan y miran a través de la Internet cuando son menores de edad.

Finalmente, es repudiable quienes promueven a los creadores de este contenido como ejemplo de la juventud, enviando con ello un mensaje equivoco a la sociedad”.

Por SAUL PIMENTEL