El deceso, a dos meses de cumplir los 100 años, del príncipe Felipe dejó un «gran vacío» en la vida de la que era esposa desde hacía 73 años, la reina Isabel II, según indicó su hijo Andrés tras una misa conmemorativa este domingo.
El príncipe Felipe, conocido por su carácter fuerte, su franqueza y su entrega a la reina y al país, falleció «apaciblemente» el viernes en el castillo de Windsor, al oeste de Londres.
La reina «lo describe como un gran vacío en su vida», declaró Andrés a preguntas de las televisiones británica al término de una misa en Windsor.
«Hemos perdido casi al abuelo de la nación y me siento muy apenado y solidario con mi madre, que lo está sintiendo probablemente más que todo el mundo», agregó el tercer hijo de la pareja.
Andrés, de 61 años y considerado a menudo como el hijo preferido de Isabel II, se apartó de la familia real en 2019 por su amistad con el fallecido financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotación sexual de menores.
Su hermano el príncipe Eduardo, de 57 años, describió «un terrible shock». «Todavía estamos tratando de asimilarlo, es muy muy triste», agregó.
«Sabemos que esto iba a suceder, pero nunca estamos listos», subrayó su hermana, la princesa Ana. «Mi padre fue mi maestro, mi apoyo y mi crítico, pero lo que más me ha servido de modelo fue su vida bien vivida y su sentido del deber cumplido desinteresadamente», agregó.
La víspera, el heredero de la corona, Carlos (72 años), había asegurado que tanto él como la familia real extrañan «enormemente» a su padre.
Durante la misa conmemorativa en la catedral de Canterbury, en el sureste de Inglaterra, el arzobispo Justin Welby instó a orar por la familia real.
«Para la familia real, como para cualquier otra, no hay palabras que puedan llegar a la profundidad del dolor en el que se convierte el duelo», declaró Welby.
El funeral se celebrará el sábado en el castillo de Windsor y estará restringido al círculo familiar debido a la pandemia. Solo asistirán 30 personas, entre ellas los cuatro hijos de Felipe e Isabel II, sus parejas y sus hijos.
– Falta de apoyo –
El regreso del príncipe Enrique a Londres con motivo del sepelio de su abuelo, alienta la esperanza de una reconciliación familiar después de que se mudara a Estados Unidos y decidiera apartarse de la familia real.
Enrique viajará desde California, pero su esposa, Meghan (39 años) no lo acompañará, pues su médico lo desaconsejó porque está embarazada de su segundo hijo, según el Palacio de Buckingham.
Será el gran retorno del hijo menor de Carlos y Diana desde la controvertida entrevista que dio con Meghan a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey el 7 de marzo, en la que acusó a «la Firma» -como se apoda a la monarquía- de no haber apoyado a su esposa, quien, por su parte, mencionó que incluso había tenido pensamientos suicidas.
Ambos aseguraron que un miembro de la familia real se habría comportado de forma racista al preguntarse por el color de piel que tendría su hijo, pero fuera de cámara precisaron que no se trataba ni de la reina ni de su esposo.
Enrique, de 36 años, también se declaró «verdaderamente decepcionado» por la falta de apoyo de su padre y reveló que se había alejado de su hermano, Guillermo.
– «Dolor compartido» –
Desde que se retiró de la familia real, hace más de un año, el príncipe Enrique no ha vuelto a pisar el Reino Unido.
El sábado, Enrique y Guillermo seguirán a pie el féretro de su abuelo hasta la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, donde se celebrará la ceremonia, lo cual recordará a las imágenes de los dos hermanos, acompañados de su padre, caminando detrás del de su madre, Diana, tras su muerte, en 1997.
«Ambos son plenamente conscientes de su historia común y sin duda recordarán el impacto que su abuelo ha tenido en sus vidas. En una ocasión como esta, en la que los hermanos se unen en el dolor, hay esperanza de que tomen un nuevo giro», declaró una fuente de la monarquía al tabloide The Mirror.
Enrique volverá a ver a su padre, con quien la relación se enfrió. Según dijo en la entrevista, el príncipe Carlos incluso estuvo un tiempo sin contestarle al teléfono.
Pero que las tensiones se rebajen «dependerá de Enrique», apuntó Tom Bower, autor de una biografía del príncipe Carlos, en el diario The Sun. «Si llega con una actitud guerrera, seguro de tener la razón […] podría sellar un divorcio permanente con su familia».