China aprobó el jueves una ley para luchar contra el desperdicio de alimentos, con fuertes multas, en un país donde es costumbre pedir platos en exceso durante los banquetes en los restaurantes.

Afectado a principios de los años 1970 por una hambruna que se cobró decenas de millones de vidas, China se convirtió en una potencia económica y en el mayor importador mundial de productos alimenticios.



Los banquetes pantagruélicos son la norma en ciertos círculos, hasta el punto de conmocionar al presidente chino Xi Jinping que, en agosto pasado, exhortó a sus compatriotas a más frugalidad y a poner fin al despilfarro.

El parlamento chino votó el jueves un texto que convierte el desperdicio de alimentos en un delito.



En caso de despilfarro, la ley abre la posibilidad a los servicios de restauración de cobrar un suplemento a sus clientes, informó la televisión pública CCTV. Por el contrario, los que terminen correctamente su plato podrán ser «recompensados», indica la cadena, sin más precisiones.

Los restauradores que inciten a pedir demasiada comida se arriesgan a una multa máxima de 10.000 yuanes (1.540 dólares, es decir, más que el salario mensual medio).

Además, el texto sanciona con severidad los videos de orgías alimentarias, populares en línea, en los que los individuos compiten por quién ingiere más comida.

La producción o difusión de ese tipo de video se castigará con una multa de 100.000 yuanes (15.400 dólares).