San Juan, Puerto Rico.El boxeador Félix Verdejo fue acusado y detenido sin fianza por el cruento asesinato de una joven embarazada, en un caso que renovó las protestas contra el feminicidio en Puerto Rico poco después del homicidio de otra mujer que fue prendida fuego.

Félix ‘El Diamante’ Verdejo, de 27 años, compareció ante una jueza federal el lunes para escuchar tres cargos por el secuestro y asesinato el jueves en San Juan de Keishla Rodríguez y de su hijo no nacido.



«Debido a la naturaleza de los cargos y las circunstancias de este caso, señor Verdejo, usted permanecerá detenido sin fianza», dijo la jueza federal Camille Vélez, según el diario local El Nuevo Día.



El jueves pasado, cuando ocurrió el crimen contra Rodríguez, autoridades puertorriqueñas hallaron además el cuerpo calcinado de otra mujer, Andrea Ruiz, en la localidad del Cayey (sureste).

Un hombre de 40 años a quien ella había denunciado sin éxito fue detenido dos días después.

«Aquí hay una violencia machista que viene de antaño, que hay que atacar de frente», dijo el gobernador, Pedro Pierluisi, en una conferencia de prensa este lunes.

«Lamentablemente es una cultura que hay que corregir», añadió.

El 25 de enero, Pierluisi declaró estado de emergencia por la violencia de género en Puerto Rico.

En ese momento, el gobierno reportó que en 2019 se registraron 7.021 casos de violencia doméstica, en una población de 3,2 millones. De éstos, 5.896 ocurrieron contra mujeres.

Decenas de personas, la mayoría mujeres, se manifestaron en la tarde del lunes frente a la residencia oficial del gobernador cantando consignas como «dónde está el estado de emergencia» y llevando pancartas que decían #NiUnaMenos.

«No nos conformamos con la línea de tiempo que establecen allá (en el gobierno)», dijo en un discurso Shariana Ferrer, de la agrupación Colectiva Feminista. «¡La urgencia la estamos estableciendo nosotras aquí!».

Consultado horas antes sobre la manifestación, el gobernador había dicho: «Yo me solidarizo, yo me uno a la protesta».

 

– Violencia de género –

 

Una denuncia federal obtenida por AFP señala que Verdejo, quien está casado y que además tenía una relación con Rodríguez, habría secuestrado a su víctima el 29 de abril luego de que ella le dijera que estaba embarazada.

«La golpeó en la cara y le inyectaron una substancia con una jeringa», indica la declaración jurada del agente del FBI que condujo la investigación.

Verdejo, quien representó a Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de Londres-2012, habría cometido el crimen junto a otra persona a la que pidió ayuda para acabar con el embarazo, y a quien la denuncia del FBI se refiere como «el testigo».

De acuerdo con el texto, Verdejo y el testigo amarraron a Rodríguez de pies y manos, la ataron a un bloque y, tras conducir hacia una laguna en San Juan, «la lanzaron al agua por el puente». Luego él le disparó.

El FBI halló evidencias de que Verdejo y Rodríguez, de 27 años, se habían comunicado por teléfono el día del secuestro y una cámara de seguridad muestra un coche igual al del boxeador detenido en el puente.

Rodríguez había sido reportada desaparecida el jueves y el cadáver fue hallado el sábado. Su familia había señalado al boxeador como el responsable.

Los cargos podrían significar la pena de muerte para Verdejo, quien sufrió un accidente de moto en 2016 que trabó su carrera como peso ligero.

En el otro caso, un hombre llamado Miguel Ocasio fue acusado el sábado por el homicidio de Andrea Ruiz, de 35 años, luego de que ella lo denunciara infructuosamente por violencia doméstica.

«De la propia denuncia se veía que esta víctima estaba bajo asedio», dijo Pierluisi, criticando la decisión de la jueza que le negó la orden de protección.

Ocasio confesó a la policía que el 28 de abril mató con un arma cortante a Ruiz, cuyo cuerpo fue hallado al día siguiente parcialmente calcinado.

La presidenta del Tribunal Supremo, Maite Oronoz, ordenó una investigación sobre la forma como se condujo la jueza Ingrid Alvarado, quien desestimó el caso de Ruiz dos veces.

«Estos feminicidios (…) son el resultado de una sociedad que normaliza la violencia contra la mujer a través de actitudes machistas y conductas aprendidas que se cuecen desde el hogar, el trabajo y la comunidad», dijo Oronoz, citada por El Nuevo Día.