A principios de los 90s Midway Games revolucionó el mercado de los videojuegos con su propuesta realista y de extrema violencia llamada “Mortal Kombat”. Creado bajo la idea de Ed Boon y John Tobias, el juego utilizó la digitalización de actores para ofrecer un aspecto más realista combinado con un nivel de crueldad en sus muertes nunca visto hasta aquel entonces. Tras su éxito, la versión cinematográfica no se hizo esperar, y ya en 1995 se estrenaba su primera película. Teniendo claro que la misma no fue una obra de arte, si se pude considerar como entretenida (obviando su segunda parte llamada “Mortal Kombat: Annihilation”), ahora 26 años después y tratando de cautivar a nuevas audiencias, nos encontramos con su remake que lleva el mismo nombre, “Mortal Kombat”.

En esta versión seguimos a Cole Young (Lewis Tan), un luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas), marcado con el sello del Dragón, y que es requerido por el emperador Shang Tsung (Chin Han) con el implacable mensajero Sub-Zero (Joe Taslim).?Siguiendo las indicaciones del comandante Jax (Mechad Brooks), Cole busca a Sonya Blade (Jessica McNamee) y se embarca en un viaje que lo llevará al templo de Lord Raiden (Tadanobu Asano), protector de Earthrealm, que ofrece refugio a los que llevan la marca. Junto a Liu Kang (Ludi Lin), Kung Lao (Max Huang) y el mercenario Kano (Josh Lawson), se prepara para enfrentar a los enemigos del Outworld en una batalla por el destino del planeta.



El concepto de “Mortal Kombat” no ofrece mucha tela por donde cortar. Las producciones de torneos de artes marciales han sido recurrentes por décadas en Hollywood y aunque carecen muchas veces de originalidad y calidad, logran funcionar como producto de entretenimiento. Es esta simple promesa que MK no logra cumplir.



La producción denota un trillado guion, tontos diálogos y desabridos enfrentamientos, pero algo que no se perdona es que aun contando con mayor presupuesto y una clasificaron R que le permitió presentar al público los populares y explícitos “Fatalities” del juego, se queda corta en cuanto al impacto que logró la versión de 1995 en su momento.

Tampoco ayuda el personaje de Cole Young, que se percibe muy pobre en su estructura, una total ausencia de crecimiento psicológico o emocional para un personaje nuevo y básico en la historia. Por esto, sin querer, el personaje de Kano con sus payasadas en momentos se roba escenas en la película.

“Mortal Kombat” es producida por ese James Wan, que nos tiene acostumbrados a sus películas de terror y que al parecer aun quiere demostrar que puede navegar en otros géneros (cosa que a nuestro entender aun no logra) y es realizada por el debutante australiano, director de comerciales, Simon McQuoid.

Infamemente esta “Mortal Kombat” deja abierto su final para futuras secuelas (que no dudamos vendrán), lo que puede convertirse optimistamente en una oportunidad para rescindir el daño que ha venido teniendo la franquicia o convertirse en un gran “Fatality” que la saque del juego por un buen tiempo otra vez.

Por: Omar Reyes/ @cinemasrd