Nueva York. Crecen las chances de una inculpación contra el expresidente estadounidense Donald Trump y sus allegados que dirigen la Organización Trump: la fiscal del estado de Nueva York confirmó en la noche del martes que investiga con el fiscal de Manhattan posibles fraudes vinculados a sus negocios.

Hasta ahora, la fiscal Letitia James, una funcionaria electa demócrata, solo había confirmado una investigación en el ámbito civil -sin riesgo de inculpación o de cárcel en caso de condena- sobre posibles fraudes fiscales o bancarios en el seno del holding familiar del expresidente.



Los fiscales sospechan que Trump y su sociedad, que no cotiza en bolsa y por ende no está obligada a publicar sus libros contables, inflaron o redujeron artificialmente el valor de algunas de sus propiedades para obtener préstamos bancarios o reducir sus impuestos. Un área de 90 hectáreas en el norte del estado de Nueva York, su club de golf en Nueva Jersey o incluso su emblemática Trump Tower en Manhattan estarían bajo la lupa de los investigadores.

«Hemos informado a la Organización Trump que nuestra investigación sobre la organización ya no es de naturaleza puramente civil», dijo el martes de noche la fiscal James a través de un portavoz. «Ahora estamos investigando activamente a la Organización Trump en materia penal, junto con el fiscal de distrito de Manhattan».



El fiscal de Manhattan Cyrus Vance investiga desde hace meses a la Organización Trump en el ámbito penal, dejando planear la amenaza de una inculpación inédita para un expresidente estadounidense que a sus 74 años es ambigüo sobre la posibilidad de volver a ser candidato a las presidenciales de 2024.

Vance, que dejará su cargo a fines de diciembre, obtuvo en febrero -tras una larga batalla judicial que culminó en la Corte Suprema- ocho años de declaraciones de impuestos y archivos contables de Trump, un golpe para el exmagnate inmobiliario que siempre se negó a publicar sus impuestos.

Para Bennett Gershman, profesor de derecho penal de la Universidad Pace y exfiscal adjunto de Manhattan, la declaración de James equivale a una «demostración de fuerza» de los fiscales.

«Eso quiere decir que son muy serios, que avanzan rápido (…) que no retrocederán», dijo a la AFP. «Al ver un anuncio así, yo diría que nos acercamos a una inculpación».

 

– Obtener la cooperación de testigos clave –

 

Para Gershman y otros observadores, la declaración de James también podría buscar aumentar la presión sobre testigos clave que conocen al dedillo los negocios de Trump, y a quienes los fiscales quieren convencer de cooperar.

El principal es quizás Allen Weisselberg, de 73 años, director financiero de la Organización Trump, el más fiel de los fieles de Trump y quien trabajaba ya para el padre del expresidente.

Estas últimas semanas, los investigadores mostraron que no dudarían en investigar los negocios de su hijo, Barry Weisselberg, para obtener la cooperación del padre.

La exmujer de Barry Weisselberg también fue fotografiada a comienzos de abril por medios locales transportando cajas de documentos financieros destinados a los investigadores, que exigieron su entrega.

Trump, que abandonó recientemente su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, para instalarse en verano en su club de golf de Bedminster, a 70 km de Nueva York, no reaccionó por ahora a la declaración de James.

Pero el exmandatario republicano, que considera aún fraudulenta la victoria de Joe Biden en las presidenciales y cuenta con el apoyo de la mayoría de los legisladores republicanos, siempre calificó la investigación de los fiscales neoyorquinos como «una caza de brujas» con motivos políticos.

Su defensa se prepara para la batalla. Los abogados de Trump son conocidos por pelear hasta el final, como lo hicieron para resistir a la entrega de los archivos contables durante 16 meses.

Recientemente, su abogado principal en este dossier, Alan Futerfas, reforzó su equipo, al confirmar en abril a Ronald Fischetti, que trabajó varios años con Mark Pomerantz, actualmente jefe del equipo de investigadores a cargo del caso Trump en el despacho del fiscal de Manhattan.

Contactado por la AFP para comentar la declaración de la fiscal James, Futerfas no respondió inmediatamente.

Algo es seguro: algunos se frotan las manos al ver que los fiscales avanzan. Empezando por el exabogado personal de Trump, Michael Cohen, sentenciado en 2018 a una pena de tres años por fraude fiscal y violación de la ley de financiación electoral, y que colabora con los investigadores en el dossier contra su exjefe.

«¡Bienvenidos a la #fiestadeinculpacióndeTrump!», tuiteó el miércoles.