La policía británica detectó signos reveladores de una plantación de cannabis: uso masivo de electricidad, muchos cables y conductos de ventilación. Pero en el lugar descubrió otra operación ilegal: una «mina» de criptomonedas que estaba robando electricidad de la red nacional.
Una redada de la policía de West Midlands descubrió la operación en un polígono industrial al noroeste de Birmingham, la segunda ciudad del Reino Unido.
«Ciertamente no es lo que esperábamos», afirmó el viernes la sargento Jennifer Griffin. «Tenía todas las características de un montaje de cultivo de cannabis y creo que es sólo la segunda mina de criptomonedas de este tipo que encontramos en West Midlands», agregó.
La policía cree que esta instalación minaba bitcoines, añadió.
Las criptomonedas como el bitcóin funcionan gracias a un sistema descentralizado: redes de ordenadores independientes validan las transacciones en todo el mundo.
Los participantes, o «mineros», utilizan potentes procesadores para realizar complejas ecuaciones que demuestran su participación y reciben automáticamente bitcoines, una actividad que consume mucha energía.
«Muchas personas visitaban el lugar, había muchos cables y conductos de ventilación visibles y un dron de la policía detectó una fuente de calor considerable», explicó la policía en un comunicado.
«Por lo que sé, el minado de criptomonedas no es ilegal en sí, pero el robo de electricidad sí lo es», explicó Griffin, precisando que no se produjeron detenciones porque el lugar estaba vacío.
Transformar la electricidad en bitcoines puede ser un negocio muy lucrativo: en el último año, el bitcóin ha ganado casi un 400% y el viernes se vendía a casi 37.000 dólares.
Pero su intenso consumo de electricidad hace que su «minería», como se conoce el proceso de fabricación, no esté muy extendida en Europa.
Su huella ecológica también llevó al fundador de Tesla, Elon Musk, a rechazar los pagos en esta criptomoneda para sus coches eléctricos.
Según el Índice de Consumo de Electricidad del Bitcóin de Cambridge (CBECI), las minas de bitcoines consumen unos 114 TWh (teravatio, o un billón de vatios), es decir el 0,5% de la producción mundial de electricidad.