Los Angeles, Estados Unidos. El príncipe Enrique y Meghan Markle anunciaron el nacimiento de su hija Lilibet Diana, un momento de alegría que culmina un año de lazos cada vez más tensos entre la pareja y la familia real británica.
«Lili se llama así en honor a su bisabuela, Su Majestad la Reina, cuyo apodo familiar es Lilibet. Su segundo nombre, Diana, se eligió en honor a su querida y difunta abuela, la Princesa de Gales», dice un comunicado de la pareja.
La pequeña, segunda hija de la pareja y octava en la línea sucesoria del trono británico, nació el viernes en Santa Barbara y ya está en su casa.
«Peso 3,5 kilos. La madre y la niña están bien y se han instalado en casa», dice el anuncio.
Poco después del anuncio, un portavoz del Palacio de Buckingham dijo que la reina Isabel y la familia real habían sido informados y estaban «encantados con el nacimiento de la hija del Duque y la Duquesa de Sussex».
El padre de Harry, Carlos, y su hermano, Guillermo, también enviaron sus felicitaciones. «Deseándoles lo mejor en este momento tan especial», tuiteó el príncipe de Gales, mientras que los duques de Cambridge aseguraron que «todos estamos encantados con la feliz noticia de la llegada de la bebé Lili».
El primer ministro británico Boris Johnson también hizo llegar sus felicitaciones, así como algunas celebridades. La humorista Ellen DeGeneres, amiga de la pareja, escribió: «Felicidades Meghan, Harry y Archie. ¡Bienvenida al mundo Lilibet!».
La pareja vive cerca de Los Ángeles tras su decisión de abandonar sus funciones en la familia real a comienzos del año pasado.
En marzo dieron una explosiva entrevista en la televisión estadounidense que desató la mayor crisis de la familia real británica desde la muerte de la madre de Enrique en un accidente de auto en París en 1997.
La entrevista de dos horas fue vista por más de 11 millones de estadounidenses y 17 millones en Reino Unido y en ella Enrique y Meghan dijeron que el racismo fue parte de su decisión de abandonar el país.
– Agradecidos por el «amor y las oraciones» –
La pareja dijo que un alto funcionario de la realeza especuló sobre lo oscura que podría ser la piel de sus hijos. La madre de Meghan es negra y su padre es blanco.
Meghan, una exactriz, dijo, que estaba «ingenuamente» preparada para la vida en la familia real y que consideró suicidarse cuando estaba embarazada de su primer hijo, Archie.
Enrique, de 36 años, y Meghan, de 39, acusaron a los periódicos de caer en estereotipos raciales; especialmente en comparación con la cobertura de Kate, cuñada de Enrique, que es blanca.
El príncipe Enrique parece haber tenido una buena relación con sus abuelos.
A comienzos de año dijo en una entrevista que desde su salida de Reino Unido, se comunicó por video llamada con la reina Isabel y el príncipe Felipe para que conociera a su primogénito Archie.
Enrique habló varias veces con su padre, el príncipe Carlos, desde la entrevista con Oprah Winfrey y especialmente tras el funeral del príncipe Felipe, según medios británicos.
En una nueva serie documental lanzada el mes pasado, Enrique volvió a enfatizar que su familia hizo la vista gorda ante los problemas de su esposa e indicó que «jamas será intimidado en silencio».
El anuncio del nacimiento de la segunda hija suaviza el cierre de un período publico doloroso para el matrimonio.
«Ella es mucho más de lo que jamás habíamos imaginado y agradecemos el amor y las plegarias que sentimos llegar desde todo el mundo», dijeron Enrique y Meghan.
«Gracias por su permanente amabilidad y apoyo durante este momento muy especial para nuestra familia», añadieron.