Las personas son moldeadas por quienes las rodean; mientras que es posible desarrollar una forma de ser saludable, bien definida y afectuosa cuando estás cerca de personas amables, también puedes llegar a sentirte abatido por la negatividad y las influencias tóxicas. Si bien puede resultar difícil alejar a personas de tu vida, como tus padres, hermanos o parejas románticas, esto, a la larga, te ayudará a ser capaz de identificar quién te está impidiendo llevar una vida feliz y saludable, y, en algunos casos, quién en realidad te está haciendo daño, ya sea físico o emocional.

Los narcisistas



Por un lado, existe el amor propio saludable; pero, por otro, se encuentra el narcisismo. El narcisismo psicológico hace alusión a las personas totalmente enamoradas, de manera delirante, de la imagen que representan de sí mismas, y el mantenimiento de tal imagen puede tener un costo para quienes las rodean. Si bien al principio podrían presentarse como encantadores, los narcisistas pueden ser manipuladores, obstinados, rápidos para culpar a los demás y fríos cuando no logran salirse con la suya. Si detectas estos síntomas de personalidad en alguien cercano, lo mejor que puedes hacer es reconocer plenamente quién es esta persona y fijar límites saludables para ti.

Los que cotillean



Los investigadores han descubierto que algo de cotilleo en el lugar de trabajo puede ser beneficioso para el equipo, ya que esto permite advertir a otros sobre las personas egoístas o perezosas y tratarlas de modo que se comporten lo mejor posible. Sin embargo, los chismosos que esparcen cotilleos no para ayudar, sino para hostigar o sentirse mejor sobre sí mismos, deben evitarse a toda costa. Si descubres que estás tratando con una de estas personas, lo mejor que puedes hacer es cortarla de raíz, y compartir tu información libremente a fin de evitar futuros cotilleos o mantenerte atento con respecto a tu privacidad.

Los autodestructivos

La mayoría de las veces, las personas con tendencias autodestructivas son conscientes de cómo se dañan a sí mismas, así sea al beber alcohol de manera compulsiva, autolesionarse o sufrir un trastorno alimentario. Por más que no pidan ayuda directa o planteen sus inquietudes, si eres cercano a una persona con tales tendencias, fácilmente te verás consumido por las preocupaciones sobre su bienestar. No obstante, lo más sano que puedes hacer es cuidar de ti mismo primero, apoyar a esa persona en su búsqueda de asesoramiento profesional y estar preparado para terminar la relación cuando las tendencias autodestructivas comiencen a tener un impacto en tu salud mental.

Los parásitos emocionales

Los parásitos emocionales son personas que ocupan mucho espacio con su negatividad, dependen emocionalmente de las personas que las rodean y las descartan una vez que se sienten satisfechas. A menudo, su negatividad puede ser contagiosa, ya que lentamente desplazan las actitudes de las personas que las rodean hacia su propia visión pesimista del mundo. O bien, son personas egoístas y arrogantes, y demandan cada vez más afecto, a tal punto que los demás se sienten inservibles. Si estás lidiando con un parásito emocional o agresivo, la dura verdad que debes aceptar es que, a menudo, estas personas no buscan un amigo, sino un huésped al cual absorberle la energía.

Los envidiosos en extremo

Si bien es natural sentir celos o envidia en ocasiones, las amistades y otras relaciones pueden ser duramente puestas a prueba por la envidia. Es posible que las personas envidiosas respondan a las noticias felices con negatividad, intenten competir contigo, o te desanimen o digan cosas hirientes. Procede con cautela cerca de estas personas; cuando una relación ya no parece ser de apoyo o beneficiosa para alguna de las dos partes, ello podría significar que es hora de distanciarte de esa persona para poder crecer.

Los victimistas

Las personas atrapadas en una mentalidad de víctima genuinamente podrían necesitar ayuda; pero, la mayoría de las veces, sea cual fuere la ayuda que reciban, estarán enterradas bajo una montaña de otros problemas que ellas mismas perciben que están experimentando. Una víctima podría recibir buenos consejos, pero los rebatirá con razones por las cuales no puede ponerlos en práctica (en su mayoría relacionadas con el hecho de que su vida es demasiado difícil). Probablemente acepte tus soluciones, pero repartirá golpes a diestro y siniestro cuando la solución se vea saboteada por su negatividad. Si descubres que eres víctima de tales victimistas, quizás debas protegerte al guardar distancia.

Los maquiavélicos

El maquiavelismo es un rasgo de la personalidad marcado, generalmente, por un enfoque frío y manipulador al tratar con otras personas, vínculos afectivos poco profundos, una falta de empatía y una necesidad psicópata de sacar ventaja del resto. La recomendación general entre los profesionales de la psicología es, al estar en compañía de una persona maquiavélica, “alejarse lo antes posible”, de acuerdo con Psychology Today. Pero si estás en una situación en la que eso podría no ser tan sencillo, quizás debas buscar otro tipo de salida y esperar resultados beneficiosos para todos de ser posible.

The indifferent

Es común acabar en una relación en la que una persona está más involucrada que la otra. Sin embargo, el mantenimiento de dicha relación puede ser estresante o generar ansiedad para la persona que carga con la mayor parte del peso emocional. En estas situaciones unilaterales, es probable que acabes siendo el que da constantemente y que nunca te sientas realmente seguro en la relación, mientras que la otra persona continúa con una postura fría o indiferente. En última instancia, esta relación dará lugar a sufrir un desengaño y un deterioro en la autoestima.

Los mentirosos compulsivos

En nuestras interacciones diarias, por lo general, no existen motivos para dudar si alguien dice o no la verdad. Sin embargo, si sospechas que una persona que forma parte de tu vida miente de manera patológica, estás frente a un problema que debes tratar con cuidado. Los mentirosos patológicos al principio pueden parecer encantadores y habilidosos para inventar historias; sin embargo, es probable que haya un punto en la relación en el que sencillamente necesites dejar de sentir esa falta de confianza o sugerir ayuda profesional por su salud mental y su bienestar.

Los amienemigos

La competencia casual entre amigos y compañeros de trabajo puede ser sana y motivadora para todas las partes involucradas; pero, en algunas instancias, podrías descubrir que este sentimiento de competencia puede comenzar a resultar negativo o tóxico. Si un amigo siempre está intentando sacarte ventaja, si no demuestra apoyo por tus logros o si descubres que ha estado hablando mal de ti con otras personas, es probable que estés frente a un amienemigo: una persona que aprecias, pero que te hace infeliz. Al reconocer esta situación, puedes decidir acercarte a esta persona y solucionar el problema entre ustedes, o bien, apartarte y liberarte de una relación insana.

Los facilitadores

A medida que las personas crecen, son capaces de reconocer e intentar cambiar los malos hábitos de su vida, como las adicciones, la mala gestión del tiempo o del dinero, y otros comportamientos autodestructivos difíciles de dejar atrás. En estas instancias, lo único que podemos pedir es que las personas que nos rodean nos apoyen en nuestras travesías hacia una vida más sana y feliz. Los facilitadores del mal comportamiento, por otro lado, podrían ignorar los malos hábitos, o incluso fomentarlos. Si deseas evolucionar, pero sientes como si alguien en tu vida te estuviese impidiendo superar tus debilidades, lo mejor que puedes hacer es tomarte un descanso de estas personas hasta que te sientas más fuerte.

Visto en MSN.